El carismático líder opositor ruso Boris Nemtsov fue abatido a tiros el sábado de madrugada cuando caminaba cerca del Kremlin, apenas unas horas después de afirmar en una emisora de radio que las políticas del presidente ruso, Vladimir Putin, son una locura.
Sus compañeros en la asediada y marginalizada oposición rusa acusaron del crimen al estado o a agresores radicalizados por el fervor nacionalista en los medios controlados por el estado. Pero Putin y otros políticos rusos sugirieron que el ataque había sido un audaz ataque al estado.
Nemtsov, de 55 años, fue baleado cuando caminaba con una mujer por un puente sobre el río Moscova, a unos 400 metros (yardas) del Kremlin. Se hicieron al menos siete disparos, indicó el comité investigador ruso.
Nemtsov habría sido un destacado participante en una protesta convocada para el domingo en Moscú contra las políticas de Rusia en Ucrania —donde las potencias occidentales afirman que el Kremlin ha proporcionado tropas y equipo a los rebeldes separatistas— y por la crisis económica provocada por las sanciones occidentales relacionadas con Ucrania y el descenso en los precios del petróleo.
Los organizadores cancelaron la marcha y dijeron que pedirían autorización para celebrar una manifestación en señal de duelo por Nemtsov el domingo. El mediodía del sábado, las autoridades municipales no se habían pronunciado sobre ese plan.
Nemtsov trabajaba en un informe para presentar pruebas que él creía demostraban la implicación directa de Rusia en la rebelión separatista que sufre el este de Ucrania desde abril. Moscú niega haber prestado tropas o armas sofisticadas a los rebeldes.
Putin ordenó a los máximos mandos de las fuerzas de seguridad que supervisen personalmente las pesquisas sobre el crimen.
"Putin señaló que este cruel asesinato tiene todas las trazas de un asesinato por encargo y es extremadamente provocativo", dijo el portavoz presidencial Dmitry Peskov en declaraciones recogidas por las agencias rusas de noticias.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dijo que Nemtsov había dedicado su vida a buscar una Rusia más democrática "y fuertes relaciones entre Rusia y sus vecinos y socios, incluyendo Estados Unidos".
El ex líder soviético Mijail Gorvachov se hizo eco de la idea de que el crimen era una provocación. "Es un intento de forzar la situación a complicaciones, incluso puede que de desestabilizar la situación en el país", dijo, según la agencia Interfax de noticias.
Por su parte, el líder del Partido Comunista, Gennady Zyganov, se mostró de acuerdo. "Es una provocación; para las grandes hogueras hacen falta figuras de sacrificio", dijo, de acuerdo con Interfax.
Nemtsov arremetía con frecuencia contra la ineficiencia del gobierno, la corrupción rampante y su política en Ucrania.
En una entrevista este mes con el periódico Sobesednik, Nemtsov dijo que su madre, de 86 años, tenía miedo de que Putin hiciera que lo mataran por sus actividades de oposición. Cuando se le preguntó si también él tenía ese temor, respondió: "Si tuviera miedo no habría dirigido un partido de oposición".
En declaraciones a la emisora de radio Ekho Moskvy apenas unas horas antes de su muerte, acusó a Putin de sumir a Rusia en la crisis con su "loca, agresiva y mortal política de guerra contra Ucrania".
El abogado de Nemtsov, Vadim Projorov, dijo que el político había recibido amenazas en medios sociales y había informado a la policía, pero las autoridades no tomaron medidas para su protección.
El líder opositor caminaba junto a una conocida, de nacionalidad ucraniana, cuando le dispararon desde un vehículo que pasó a su lado, indicó la portavoz del Ministerio del Interior Yelena Alexeyeva. La mujer no resultó herida y estaba siendo interrogada por la policía.
Mijail Kasyanov, un ex primer ministro que ahora también está en la oposición, dijo estar conmocionado.
"¡En el siglo XXI, un líder de la oposición es baleado descaradamente justo ante los muros del Kremlin!", dijo a la prensa mientras el cuerpo de Nemtsov, en una bolsa de plástico, era retirado de la calle en una noche fría y lluviosa, con las campanas del Kremlin sonando de fondo. "El país está cayendo en el abismo".
Nemtsov sirvió como gobernador regional y después como viceprimer ministro en la década de 1990, y estuvo considerado como un posible sucesor de Boris Yeltsin, el primer presidente electo de Rusia. Tras el ascenso al poder de Putin en 2000, Nemtsov se convirtió en uno de sus críticos más acérrimos.
Era popular por su buen humor, su personalidad extrovertida y rápido ingenio, pero hace tiempo que él y otros líderes opositores casi han desaparecido de la televisión estatal, y son marginalizados de forma habitual por el Kremlin.
FUENTE: AP