Al menos siete importantes vías de Colombia están cerradas como consecuencia de los constantes deslizamientos de tierra que han ocasionado las lluvias, lo que llevó a que este lunes el presidente Iván Duque visitará algunos Puestos de Mando Unificado (PMU) que se activaron frente a la emergencia.
La situación más compleja tiene lugar en la Vía al Llano, que conecta a Bogotá con la ciudad de Villavicencio, en pleno centro del país y considerada la puerta de entrada a los Llanos Orientales, una de las principales despensas colombianas.
En los 10 días que completa cerrada esta carretera por la caída constante de lodo y rocas entre los kilómetros 57 y 58, las pérdidas para los sectores agrícola, transporte y turismo son millonarias toda vez que del recorrido habitual de 3 horas pasó a un viaje de casi 18 horas.
El pasado 17 de junio, la ministra de Transporte de Colombia, Ángela María Orozco, anunció que el Gobierno destinará alrededor de 120.000 millones de pesos (unos 36,5 millones de dólares) para la intervención de la Vía al Llano y que los trabajos se demorarán como mínimo tres meses.
En otro punto de la geografía nacional, en el selvático departamento de Putumayo, ubicado en el sur colombiano, hay unos 9.000 damnificados por la ola invernal que afecta a los 13 municipios de la zona.
Duque se desplazó este lunes al lugar para dialogar con la gobernadora, Sorrel Aroca, y con el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Eduardo José González Angulo.
Según el mandatario, en la reunión se determinaron las acciones para "atender de manera rápida y oportuna las afectaciones que se han venido sintiendo en el departamento y que empiezan por levantar el inventario de damnificados".
Asimismo, se definió la urgencia de remover el material que ha obstaculizado el tránsito por las principales arterias viales, hacer una valoración de los puentes y abastecer a los municipios.
Una situación crítica se registra también en la vía que comunica a las ciudades de Florencia con Neiva, en el sur del país, en donde el sábado un nuevo derrumbe dejó dos personas muertas, cuatro heridas, una desaparecida y varios vehículos sepultados.
"Por la inclemencia de la naturaleza, esta semana hemos tenido dificultades de tránsito. Se vino un talud bastante considerable y la vía está cerrada", dijo Gustavo Ortega, director de Gestión del Riesgo del departamento de Caquetá, del que Florencia es la capital.
Desde comienzo de junio en las vías principales a los municipios del departamento de Risaralda (centro) se reportan graves problemas por deslizamientos de tierra, con el consecuente cierre de las mismas.
"Hoy tenemos todas las vías con dificultades. Este invierno que no da tregua nos tiene las mallas viales colapsadas. Esperamos que deje de llover para poder atender las dificultades que se vienen presentando", indicó por su parte el gobernador de Risaralda, Sigifredo Salazar.
El pasado 13 de junio, Salazar sostuvo que "más de 4.000 millones (unos 1,2 millones de dólares) serán destinados para la atención de las afectaciones del invierno en Risaralda. Además, el departamento recibirá próximamente la entrega de maquinaria amarilla".
De otra parte, en el trayecto que de la ciudad de Pamplona, en el departamento de Norte de Santander, conduce al municipio de Saravena, en la región de Arauca, fronteriza con Venezuela, las autoridades han pedido a los conductores que se abstengan de transitar por el alto riesgo de deslizamientos.
Igualmente, otras vías críticas son Quibdó-Medellín, en el noroeste colombiano, y Pasto-Sibundoy-Puente El Pepino, en Nariño, fronterizo con Ecuador.
FUENTE: EFE