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Protestan concierto de Plácido Domingo en ruinas mayas

MERIDA, México (AP). El concierto de Plácido Domingo en las ruinas mayas de Chichen Itzá este sábado por la noche se anuncia como "el más grande tenor del mundo en una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno", afirmación que pocos amantes de la ópera o la historia cuestionarían.

Sin embargo, algunos mexicanos ponen en entredicho si el espectáculo debería realizarse en momentos en que arqueólogos piden que se formulen cargos penales a los organizadores, con lo que se revive un debate sobre cómo usar y proteger los sitios arqueológicos.

Es un acto de malabarismo que muchos países enfrentan al tratar de promover y proteger su patrimonio cultural. Mientras los artistas buscan escenarios sensacionales para sus actuaciones, desde la Gran Muralla China hasta el Taj Majal de India y antiguas estructuras griegas, romanas y egipcias, muchos se preocupan no sólo de los daños sino también de la propiedad cultural.

El jueves, Domingo buscó tranquilizar a sus críticos en una conferencia de prensa en la que dijo: "Yo sé que hubo malestar en México porque me iba a presentar en este sitio, pero hemos cuidado todos los detalles para llevar a cabo este evento".

El gobierno federal de México rechaza casi todas las solicitudes que recibe para realizar conciertos en templos antiguos. Sin embargo, se ve cada vez más presionado por gobernadores estatales deseosos de promover las ruinas en muchos casos ya atestadas de turistas.

El recital de Domingo dentro de Chichen Itzá viola una ley según la cual las ruinas deben preservarse para educar a los mexicanos sobre las culturas antiguas, dijo Cuauhtemoc Velasco, un líder del sindicato de arqueólogos.

También se queja de que la mayoría de los mexicanos no pueden darse el lujo de asistir al concierto, pues las entradas cuestan entre 45 y 900 dólares, cuando el salario mínimo en este país es de 4,5 dólares diarios.

"Estos monumentos no son para que personas con dinero organicen allí sus eventos", dijo Velasco. "Y eso no sólo se está dando en Chichen Itzá, sino en una serie de sitios".

Para mayas de hoy como Amadeo Cool May, quien tiene un programa de radio en dialecto maya, el concierto "es un evento para extranjeros que vienen aquí de vacaciones". Algo completamente ajeno a los mayas, por el precio de los boletos y el tipo de música.

Jorge Esma, quien organiza el concierto para el gobierno del estado de Yucatán, rebate que los residentes del área podrán ver el espectáculo gratis en la televisión local y que se establecieron medidas estrictas para proteger las pirámides y los templos durante el evento.

Pero un investigador del instituto de antropología federal presentó una queja en lo penal ante fiscales federales que busca castigar a los organizadores del concierto por "degradar" Chichen Itzá al utilizarlo como escenario de un espectáculo que atraería a unas 4.000 personas, número máximo establecido por el gobierno luego que los organizadores pidieron permiso para llevar a cabo un evento mucho más grande.

Esma dijo que más de media docena de conciertos realizados en Chichen Itzá desde que Luciano Pavarotti cantó allí en 1997 demuestran que pueden efectuarse eventos masivos sin ocasionar daños a los templos.

El gobierno solicitó a los organizadores que usen estructuras livianas de iluminación y eviten anclar objetos en las piedras de las ruinas. Expertos del gobierno evaluarán el impacto del recital sobre las estructuras de 1.200 años de antigüedad.

El año pasado Chichen Itzá fue seleccionada como una de las siete maravillas modernas del mundo en un sondeo internacional, y ahora recibe hasta 12.000 visitantes al día, lo que ha generado preocupación de que el área sufra daños por estar demasiado abarrotada.

Pero Esma dice que "no hemos tenido una sola queja". También apunta que otros países como Grecia, China e Italia han permitido el uso de lugares antiguos para conciertos. "La globalización plantea interrogantes. Pero no podemos frenar esa tendencia", expresó.

El mismo Domingo señaló que "es penoso ver cómo en otros sitios, como en Petra, Jordania, los turistas se suben a los edificios y las piedras. Es preciso cuidar el patrimonio arqueológico y preservarlo".

Algunos países han aprendido a decir que no.

La Corte Suprema de India prohibió eventos a gran escala en el Taj Majal tras recibir quejas de que los reflectores y vibraciones de sonido de un concierto del músico griego Yanni en 1996 ocasionaron daños al lugar. La ópera de verano se restringió en las Termas de Carcalla de Roma por la misma razón. Y los venecianos han sido menos hospitalarios en cuanto a recitales debido a la basura y vandalismo que dejó un espectáculo de Pink Floyd en la Plaza de San Marco al que asistieron 200.000 aficionados.

Otros países han logrado acomodar grandes eventos en sus sitios antiguos.

Egipto ha albergado con regularidad conciertos en sus afamadas Pirámides de Giza, incluyendo los de Grateful Dead en 1978, la ópera "Aida" de Verdi en el 2000 y Sting en el 2001.

Shakira atrajo decenas de miles de fans al lugar el año pasado, pero al igual que en los otros casos su recital se realizó a más de 500 metros de las pirámides, que se usaron como fondo distante.

"Generalmente se acepta que los conciertos no tienen un efecto tan malo sobre las pirámides" a distancia, dijo a la AP Abdel-Halim Nour el-Deen, ex director del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio.

China recientemente abrió su Gran Muralla para un desfile de modas de Fendi y un concierto de Alicia Keys, Cyndi Lauper y Boyz II Men. Y Domingo cantó en la Ciudad Prohibida como uno de los "Tres Tenores" en el 2001, en medio de pocas quejas que se limitaron al estricto despliegue de seguridad y políticas para prevenir daños.

A algunos mexicanos les preocupa el impacto cultural, aun si los templos mayas salen ilesos.

Activistas han bloqueado carreteras a modo de protesta por festivales patrocinados por el estado desde el 2000 en y alrededor de las ruinas Totonac de El Tajín, donde grandes pirámides minuciosamente talladas emergen de entre la jungla. "Estos eventos dañan los sitios arqueológicos y degradan la cultura", dijo el organizador de los bloqueos, Francisco Jiménez.

Benito Taibo, vocero del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, que supervisa todos los sitios prehispánicos del país, dice que su agencia está resistiendo la tendencia de usar sitios antiguos como vitrina de espectáculos.

"Nos hablan muchos productores de películas que quieren filmar en sitios arqueológicos y siempre nos dicen 'les voy a hacer famoso el sitio'", señaló. "Les decimos, 'gracias, pero ya es famoso. No nos hagan el favor'".

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