Muchos papás tienen la costumbre de poner sus hijos frente el televisor al momento de alimentarse. La mayoría de ellos cree que al utilizar la televisión, los niños y adolescentes comerán mejor. El problema, es que además de impulsar a la persona a comer más de lo que necesita, ese hábito también puede traer serios problemas a la salud.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, asegura que la alimentación frente la pantalla puede desencadenar sedentarismo y consecuentemente la obesidad y el sobrepeso.
La explicación, según los investigadores, es que mientras vemos televisión tenemos la tendencia de incrementar la cantidad de comida. Además, como estamos dividiendo la concentración, no masticamos adecuadamente. La masticación correcta es esencial para la absorción de los nutrientes por el organismo y para facilitar la digestión.