NUEVA YORK (AP). Ewan McGregor estaba pasando trabajos para seguirle el paso a Christopher Plummer.
Por sugerencia del director Mike Mills, McGregor había llevado al actor de 81 años a Barney's en Los Angeles para comprar una bufanda para el personaje homosexual de Plummer en "Beginners", la película que ambos protagonizan. Pero Plummer tenía otros planes.
"Christopher solo quería comprarse jeans negros apretados", recuerda McGregor. "Ese hombre solamente tenía un objetivo en la vida. Cuando llegamos allí, preguntó dónde estaba el departamento de jeans, y allá se fue a comprarse jeans apretados".
Que uno de los mejores intérpretes vivientes de Shakespeare y uno de los pocos grandes que quedan en la actuación clásica estuviese determinado a conseguir una prenda de ropas típica de los hipsters pudiera parecer raro. Pero Plummer rara vez se ha ajustado a las preconcepciones sobre la edad avanzada.
"Estoy feliz de que aún tengo mi ambición", dijo Plummer en una entrevista reciente. "Si se hubiese desvanecido, ¿para qué voy a vivir? Si uno sigue dedicándose a su trabajo y amando su trabajo, eso le hace apreciar otras cosas. Demasiada gente en el mundo está descontenta con su vida. Y entonces se retiran y se vuelven vegetales. Pienso que el retiro en cualquier profesión es la muerte, así que estoy determinado a seguir".
El impresionante último período en la carrera de Plummer comenzó con su elogiada actuación como Mike Wallace en la película de 1999 "The Insider", dirigida por Michael Mann, y continuó con películas como "The Last Station" en el 2009 (su interpretación de Leon Tolstoy le mereció una nominación al Oscar) y con su "Rey Lear" en el Lincoln Center en el 2004.
En "Beginnings", que se estrena en Estados Unidos el viernes, Plummer vuelve a tener otra actuación memorable. El veterano actor canadiense interpreta el papel de Hal, un hombre de 75 años que revela su homosexualidad luego de la muerte de su esposa, y poco antes de que un cáncer mortal le es diagnosticado. McGregor protagoniza a su hijo, en una película basada en gran parte en la familia del director Mills.
El papel le asienta a Plummer particularmente bien porque Hal, como el actor, es cachondo, simpático y lleno de vida.
"Lo maravilloso acerca de Hal es que él la pasa tan bien al final de su vida", dice Plummer. "Fue un guión muy atractivo, pensé, y tan carente de sentimentalismo y autocompasión. Nada de esa bobería. Usualmente, cuando hay un guión con una historia como ésta, uno tiene que trabajar duro en contracorriente, porque están tan llenos de dulzonería. Y los guionistas y productores te dicen que eso es lo que quiere el público. A otro con ese cuento".
Actores que han trabajado recientemente con Plummer hablan de su incesante gozo con el trabajo, y de su dedicación a seguir mejorando como actor.
"Eso fue lo que me sorprendió de Christopher, lo contemporáneo que es como actor", dijo McGregor. "La actuación era muy diferente antes y ha evolucionado. Pero lo que es claro es que igualmente ha evolucionado la forma de actuar de Christopher. Él tiene una maravillosa actuación en esta película, pero nunca sentí que él estuviese actuando. Nunca estábamos conscientes de su actuación. Yo sentí como si estuviese en una escena con mi papá".
Mills, cuya única película previa fue "Thumbsucker" en el 2005, dice que Plummer es "un poco pillo, en el mejor sentido de la palabra".
"Es realmente contagioso estar con un hombre de 79 años (durante la filmación hace dos años) que ama tanto lo que hace y no lo da por sentado", dice Mills. Hay algo mágico y especial en ello. Ewan y yo hablamos mucho de eso, y nos decíamos: '¡Ah! me gustaría ser así'".