MADRID (AFP). La economía española hace agua y ve aproximarse el espectro de una posible recesión, llevando al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en dificultades, a admitir la existencia de una "crisis", a pesar de sus mensajes tranquilizadores.
El servicio de estudios del segundo grupo bancario español, el BBVA, alertó de un "brusco deterioro" de la marcha económica, considerando que el crecimiento en el segundo trimestre ha sido nulo respecto al anterior. Había sido del 0,3% en el primer trimestre.
"España: en recesión", tituló este miércoles el banco alemán Commerzbank en una nota, estimando que "todos los índices muestran que España está al borde de la recesión". Commerzbank redujo su previsión de crecimiento colocándola en el 0% para 2009.
Una economía se considera en recesión cuando sufre dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. El crecimiento fue del 3,8% en 2007 y el gobierno espera que sea inferior al 2% en 2008.
El jefe del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y el Banco de España anunciaron a principios de julio que el crecimiento en el segundo trimestre sería inferior al ya casi nulo del primero.
El choque está siendo tanto más duro cuanto que España está saliendo de una década dorada de crecimiento vigoroso, superior al de la media europea, impulsado por el frenesí inmobiliario y los créditos fáciles.
Su economía se ve hoy en día duramente golpeada por la subida de los precios del petróleo, que ha hecho saltar el contador de la inflación y aumenta a marchas forzadas el déficit comercial.
Al igual que Irlanda o Gran Bretaña, está viéndose afectada de lleno por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que está empujando al paro a una legión de trabajadores poco cualificados, muchos de ellos inmigrantes, y disminuye la actividad industrial.
Los hogares, que ven como baja el valor de sus bienes inmobiliarios, deben apretarse el cinturón para devolver sus créditos hipotecarios, casi todos ellos de tipo variable, cuyas mensualidades suben a medida que el Banco Central Europeo (BCE) aumenta los tipos de interés.
El consumo sigue la pauta con una caída en picado de las ventas de coches.
El semanario británico conservador "The Economist" ilustró esta semana un artículo sobre España con un dibujo de un toro furioso con el lema "recesión", cargando sobre su lomo un Zapatero contento por el triunfo de España en la Eurocopa de fútbol.
Tras haber repetido durante meses que la "ralentización" sería sólo "pasajera", especialmente durante su campaña victoriosa en las legislativas de marzo, Zapatero pronunció por primera vez en la noche del martes la palabra "crisis".
"En esta crisis, como ustedes quieren que diga, hay gente que no va a pasar ninguna dificultad", afirmó durante una entrevista con la cadena de televisión privada Antena 3.
Por primera vez también desde que llegó al poder en 2004, su cota de popularidad se situó en junio por debajo de la del líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, que lo acusa de "no coger el toro por los cuernos".
Zapatero también está en dificultades en el Congreso de los Diputados, donde los socialistas sólo tienen mayoría simple.
El conjunto de los grupos parlamentarios --excepto los socialistas--, desde los ecolo-comunistas hasta la derecha pasando por los nacionalistas se unieron para forzarlo a comparecer ante ellos el 2 de julio para explicar las medidas previstas por su gobierno para paliar la situación.
Muy criticado en esa ocasión, Zapatero ya se había visto aislado cuando el Senado rechazó, el 24 de junio, una de sus disposiciones presupuestarias para 2009 que fijaba el techo del gasto público.
Un voto que augura dificultades para el gobierno es el debate sobre los presupuestos del Estado en otoño.