CARACAS (AFP). El 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez era electo presidente de Venezuela tras una campaña en la que prometió construir una "democracia más auténtica" gracias a una nueva Constitución, así como reducir la pobreza y la corrupción y tejer "lazos de hermandad" con el mundo.
"No voy a ser un presidente aislado del pueblo, debo estar metido en el alma, en el cuerpo, en el coraje, en la esperanza y en la lucha diaria de todos. Juntos haremos posible una Venezuela bonita", clamó Chávez hace diez años en el cierre de su campaña.
El presidente cumplió su promesa de dotar al pueblo venezolano de una nueva Constitución, aprobada en 1999, que contempla una mayor participación popular. Durante su gestión, mejoró notablemente los índices de educación e impulsó iniciativas para reducir las diferencias sociales.
"En estos 10 años hay dos aspectos en los que no podemos negar el avance: el hecho de que la Constitución haya desarrollado el tema de los derechos humanos de una manera inusitada. Eso es un logro, como también es el que se hiciera visible al sector más pobre de la población", declaró en un reciente foro Héctor Fagúndez, director del Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela.
En educación, Venezuela muestra tasas de escolarización de cerca del 100%, según cifras de la UNESCO y el número de universitarios se ha multiplicado por cuatro desde 1998.
En lo que respecta a la pobreza, el Instituto Nacional de Estadística (INE, oficial) asegura que la miseria extrema pasó de 17,1% en 1998 a 7,9% en 2007.
Sin embargo, las cifras de violencia, la cuestión que más angustia a los venezolanos actualmente, empeoraron desde la llegada de Chávez al poder. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, en 1998 se cometieron en Venezuela 4,500 homicidios mientras que en 2007 llegaron a 13,200.
"Ha habido errores e inexperiencia en estos 10 años. Ha sido una escuela y hemos ido aprendiendo. A la revolución le va la vida en que las fallas registradas sean resueltas rápidamente y quienes no tengan capacidad sean apartados", según el diputado oficialista Earle Herrera.
Un reciente informe de la organización Human Rights Watch subrayó que Chávez fue elegido para "reformar y renovar el desacreditado sistema político venezolano" y la Constitución en 1999 ofreció una "oportunidad única" que fue desperdiciada.
"Chávez promovió una nueva Constitución que podría haber mejorado notablemente la situación de los derechos humanos en Venezuela (...) Su gobierno ha actuado en sentido contrario, sacrificando garantías fundamentales en función de sus intereses políticos", denunció José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, expulsado en septiembre de Venezuela al presentar este informe.
Un día antes de ganar las presidenciales de 1998, en una entrevista con la cadena Univisión, Chávez aseguró que estaba dispuesto a entregar el poder "incluso antes de que finalizara su primer mandato", que en aquel momento tenía cinco años, si el pueblo no estaba satisfecho con su gestión.
En estos momentos, Chávez y su partido proponen una enmienda constitucional que no limite los mandatos presidenciales, es decir que abra la puerta a una permanencia del líder en el poder más allá del 2013, cuando expira su segundo y último periodo.
El presidente ha explicado que permanecerá en el poder si el pueblo quiere y ha subrayado que los próximos diez años servirán para "consolidar el socialismo bolivariano".
En aquella misma entrevista, el mandatario aseguraba que quería que los medios privados de comunicación "se amplíen y profundicen". Años después, el gobierno de Chávez no renovó la concesión a la cadena de televisión privada RCTV, crítica con el ejecutivo, y acusa a otros medios privados de tener planes para derrocarlo y matarlo.
Hay que "dar más facilidades a los capitales privados internacionales para que vengan aquí a invertir en las más diversas áreas", agregó también Chávez en aquella ocasión, garantizando que no quería "nacionalizar nada".
Desde 2007, el Estado venezolano lleva a cabo una intensa campaña de estatizaciones de sectores clave de la economía como el petróleo, las telecomunicaciones, la siderurgia o la electricidad. En 2007, las inversiones extranjeras representaron 400 millones de dólares, la menor cifra en la región según la ONU.