Irán se dijo dispuesto a cooperar con expertos de la ONU que visitan el país este fin de semana para investigar una presunta actividad relacionada con armas nucleares, que Teherán niega con tenacidad, un paso potencialmente prometedor en una investigación que se ha estancado seis años.
Pero con Irán aun negando cualquier intención de fabricar tales armas, los investigadores deben andarse con cuidado.
Tras la llegada del equipo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) de la ONU a Teherán el viernes, la agencia estatal de noticias IRNA citó a Behrouz Kamalvandi, vocero de la organización de energía atómica iraní, diciendo que su país está listo para responder todas las preguntas planteadas por la agencia de la ONU.
IRNA no dio detalles, y se han realizado antes tales promesas. Sin embargo, un diplomático de alto rango de una nación miembro de la IAEA citó a un funcionario iraní de alto rango que le dijo a él y otros diplomáticos que Irán estaba expresamente listo para hablar con los expertos de la ONU sobre las sospechas de estar involucrados en un programa de armas.
El diplomático pidió no ser identificado porque no estaba autorizado para hablar sobre su reunión privada con el funcionario iraní.
Irán ha negado tener interés o estar trabajando en armas nucleares desde que la IAEA comenzó a enfocarse en sus actividades atómicas. Los intentos específicos de demostrar el supuesto programa de armas iniciaron en 2007 y han tenido poco avance.
Teherán parece sugerir que hablará a detalle del tema principal, un asunto que ya antes había que no estaba dentro del ámbito de competencia de la agencia. Si es exitosa la reunión, será la primera de lo que la agencia espera sea una serie de investigaciones cada vez más profundas a las acusaciones sobre armas nucleares.
Estados Unidos y sus aliados están presionando a la IAEA para que avance en el asunto. Al mismo tiempo, demasiada presión sobre Irán en las pláticas del fin de semana entre la agencia y funcionarios iraníes podría hacer que Teherán regrese a su caparazón de silencio.
Eso, a su vez, podría impactar negativamente las negociaciones paralelas entre Irán y seis potencias mundiales que buscan eliminar los temores de que Teherán pueda utilizar su programa nuclear para fabricar armas. Irán aceptó disminuir sus actividades atómicas a cambio del levantamiento de sanciones en su contra.