El Gobernador de Tokio, Yoichi Masuzoe, ha ofrecido bajarse el suelo a la mitad tras verse involucrado en un escándalo por el gasto desproporcionado de dinero público que ha generado fuertes críticas y numerosas peticiones de dimisión.
El político independiente, de 67 años, hizo esta propuesta ante la Asamblea de Tokio donde tuvo que comparecer este miércoles a raíz del escándalo, informaron hoy los medios nipones.
Masuzoe, en el cargo desde febrero de 2014, lleva más de una semana recibiendo críticas después de que se publicara una batería de extravagantes gastos que incluyen billetes de avión en primera clase, suites en hoteles de lujo, compras de obras de arte o millonarias cuentas de teléfono por parte de su equipo.
Una investigación de abogados independientes encargada por el consistorio estableció esta semana que gastos millonarios como estancias en hoteles con su familia, comidas o libros fueron "inapropiados" pero no ilegales.
El Gobernador de la capital nipona, que acogerá los Juegos Olímpicos en 2020, se ha resistido a dimitir de momento a pesar de la petición por parte de medios de comunicación, la opinión pública y todas las fuerzas políticas, incluida el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), que apoyó su candidatura.
Masuzoe sostiene que no ha hecho nada ilegal pero que "reflexionará seriamente sobre sus actos" y a modo de penitencia aseguró que está dispuesto a bajarse el suelo un 50 por ciento o más, algo que ha sido rechazado por los miembros de la Asamblea municipal.
El actual sueldo del Gobernador asciende a 29 millones de yenes (unos 240.000 euros) al año, incluidas las pagas extras.
Entre los gastos que han salido a la luz y han indignado a la opinión pública se encuentran los 450.000 yenes (3.700 euros) que gastó en unas vacaciones de Año Nuevo con su familia en un hotel, donde se justificó había estado trabajando.
Además, el político gastó más de 200 millones de yenes (1,6 millones de euros) en viajes al extranjero en los dos años en los que ha sido Gobernador y el uso de vehículos oficiales en 48 ocasiones en un año para trasladarse a un balneario.