Una mujer que fue condenada a prisión por espiar para Rusia regresó a su patria el sábado, deportada por Estados Unidos, después de cumplir su sentencia de cautiverio.
"Estoy muy, muy, muy contenta de estar de regreso en casa. Estoy muy agradecida con todos los que me apoyaron, con todos los ciudadanos rusos que me ayudaron, escribieron cartas y donaron dinero para mi defensa", dijo.
En diciembre, la exestudiante de posgrado se declaró culpable de conspirar para actuar como una agente no registrada para Rusia. Butina admitió que ella y un exlegislador ruso trabajaron para aprovechar contactos en la Asociación Nacional del Rifle para buscar cauces indirectos con la derecha estadounidense.
La vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia, quien también se reunió con Butina en el aeropuerto, dijo que la mujer de 30 años fue víctima de prejuicios muy arraigados contra Rusia.
Desde la elección de Trump, funcionarios rusos han culpado consistentemente de las problemáticas relaciones a la llamada "rusofobia" heredada del gobierno del presidente Barack Obama.
"Realmente no lastimó a nadie. Es sólo una niña, es sólo una joven mujer. Intentó invertir en su juventud, si así lo quieren ver, en su regalo, su talento, en contactos personales", dijo Zakharova.
El caso de Butina fue muy criticado en Rusia y el Ministerio de Exteriores hizo notar su postura de apoyo a la espía al utilizar su rostro como el avatar en su página de Facebook. Tras su regreso, el ministerio cambió el avatar por el símbolo ruso del águila bicéfala.