Con las elecciones presidenciales del tres de mayo en camino, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia pidió confianza tras la anulación de los pasados comicios de octubre por reportes de fraude que ocasionaron una crisis política social en el país.
El presidente del organismo, Salvador Romero, al lado de la presidenta interina Jeanine Áñez, inauguró el martes el año electoral con el reto de garantizar elecciones transparentes.
“La elección de 2020 se celebra en las condiciones complejas que legó el destino imprevisto de los comicios de 2019. Se le exige más que a una presidencial ordinaria”, dijo Romero.
También pidió confianza en las nuevas elecciones y “dirigir la mirada hacia adelante porque los retos de 2020 nos aguardan inminentes”.
Los bolivianos elegirán presidente, vicepresidente, diputados y senadores después de un acuerdo de las fuerzas políticas que lograron elegir nuevas autoridades electorales debido a que las anteriores fueron destituidas y el proceso que administraron en octubre del año pasado fue anulado.
En caso de existir una segunda vuelta, el organismo regente electoral tendrá 45 días para realizarla a partir del tres de mayo.
Romero mencionó que para garantizar la confianza se cumplirá con una revisión del padrón electoral y se buscará un mejor sistema de conteo de votos, entre otras medidas.
Hasta la fecha tres fuerzas políticas anunciaron su postulación. A fines de enero se conocerá la lista oficial de candidatos.
El Movimiento Al Socialismo (MAS), cuyo líder continúa siendo el expresidente Evo Morales, no ha dado a conocer quiénes serán sus candidatos.
En contraste, ya anunciaron su postulación el expresidente Carlos Mesa y la dupla de Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari, líderes cívicos que encabezaron las protestas contra Morales, quien gobernó el país por casi 14 años.
El exmandatario se había proclamado ganador de los frustrados comicios del 20 de octubre en medio de cuestionamientos a los resultados. La Organización de Estados Americanos informó tras una auditoría posterior a los comicios que se encontraron irregularidades y recomendó nuevas elecciones.
Morales renunció en noviembre y dos días después se fue asilado a México. Posteriormente se desplazó a Argentina, donde tiene refugio y asume el rol de jefe de campaña.
FUENTE: AP