El presidente autoritario de Bielorrusia , Alexander Lukashenko , visitó el lunes Rusia en un intento para asegurar más préstamos y apoyo político, mientras las protestas contra la extensión de su mandato ingresaban a su sexta semana.
Las reuniones de Lukashenko con su homólogo ruso Vladimir Putin en el destino turístico de Sochi se producen un día después de que un estimado de 150.000 personas inundaron las calles de la capital bielorrusa, exigiendo la renuncia de Lukashenko. El Ministerio del Interior dijo que 774 personas fueron arrestadas en Minsk y otras ciudades del país por llevar a cabo protestas no autorizadas el domingo.
Los manifestantes de Bielorrusia denuncian que las elecciones del 9 de agosto, en que Lukashenko tras 26 años en el poder habría ganado un nuevo mandato, fueron fraudulentas. Estados Unidos y la Unión Europea han criticado las elecciones por no ser libres ni justas y exhortaron al mandatario bielorruso a entablar negociaciones con la oposición, una solicitud que rechazó.
En un intento para ganar el apoyo de Moscú, el mandatario de 66 años ha tratado de retratar las protestas como una conspiración de los países de Occidente para aislar a Rusia, que ve a su vecino como un baluarte fundamental contra la OTAN y un conducto importante para sus exportaciones de energía a Europa.
Rusia y Bielorrusia tienen un tratado de unión que concibe estrechos lazos políticos, económicos y militares, que a menudo han tenido disputas enconadas. Antes de las elecciones, Lukashenko acusó en repetidas ocasiones al Kremlin de presionar a Bielorrusia para que abandonara su independencia.
Pero con Estados Unidos y la UE criticando los comicios y preparando un paquete de sanciones, Lukashenko ahora tiene que depender directamente del apoyo de Rusia.
FUENTE: AP