Desde que iniciara su carrera artística en la década de los 90, Jennifer Lopez se ha embarcado en numerosos proyectos profesionales tanto en la música como en el cine que además de reducir considerablemente su tiempo libre, le impiden escaparse con cierta regularidad al lugar donde todo comenzó para ella: su barrio natal del Bronx neoyorquino.
"La verdad es que echo muchísimo de menos todas aquellas experiencias que viví en el vecindario, porque en el Bronx he disfrutado de algunos de los momentos más especiales de mi vida. Pero lo que más añoro de todo es la sensación de llegar a casa y ver a mi madre cocinando. Desde que me dedico a la música, estoy constantemente alejada de mi hogar y viajando de un lugar a otro. Así que doy mucha importancia a esos momentos en los que vuelves a casa y puedes disfrutar del calor de tu hogar", se sinceró en el programa de televisión estadounidense '106 & Park'.
El cariño que Jennifer siente por el lugar en el que pasó buena parte de su juventud le animó recientemente a grabar su último videoclip, 'Same Girl', en las animadas calles de su barrio y rodeada de numerosos convecinos, una decisión que la artista tomó personalmente y dejando a su mánager completamente al margen.
"Reconozco que este proyecto responde a una de las decisiones más improvisadas de toda mi carrera, pero tenía que hacerlo de este modo. De hecho, casi nadie sabía que mi idea era grabar el videoclip en mi antiguo barrio, lo mantuve en secreto porque no quería que nadie arruinara mis ganas de volver a encontrarme con mi gente. Cuando mi mánager se enteró de que estaba en el Bronx, me llamó por teléfono para saber qué estaba haciendo, y yo le contesté: '¡Estoy grabando en el barrio y me estoy divirtiendo mucho!'", confesó la intérprete.
Esta no es la primera vez que la diva latina reivindica con orgullo sus orígenes, ya que nunca ha tenido reparo en admitir públicamente que su fuerte personalidad y su capacidad de sacrificio se deben a las enseñanzas que le brindó su infancia en las calles del Bronx."Me mudé a Los Ángeles cuando tenía 18 años y al principio odiaba esta ciudad, aunque ahora la adoro. Pero aun así, no me proporciona esa energía que siempre me daba el Bronx. Toda la fuerza y seguridad en mí misma que necesitaba para vivir, la sacaba de mi barrio", apuntaba Jennifer a la revista estadounidense W.