EEUU Música -  26 de julio de 2018 - 11:49

Lily Allen se reivindica con su nominación al premio Mercury

La cantante Lily Allen (33) es plenamente consciente de que su rendimiento comercial no ha dejado de desinflarse tras la publicación de sus primeros y exitosos dos discos -'Alright, Still (2006) y 'It's Not Me, It's You' (2009)-, como han demostrado las pobres ventas de su más reciente trabajo discográfico 'No Shame' y la tibia acogida que recibió su predecesor 'Sheezus' cuatro años atrás.

Por eso mismo la artista inglesa ha querido celebrar por todo lo alto la nominación que le han brindado los responsables del premio Mercury -el más prestigioso del sector en el Reino Unido pero no tan popular como los Brits- de cara a una ceremonia en la que 'No Shame' competirá con los últimos elepés de Arctic Monkeys, Florence and the Machine y Noel Gallagher por el galardón al mejor disco británico del año.

Como ha asegurado ella misma tras conocerse la noticia, el reconocimiento recibido debería proporcionarle más libertad creativa y, sobre todo, forzar a su discográfica a apoyar mejor su labor artística a través de una promoción más intensa en las radios y en las plataformas de vídeos, algo de lo que carece a día de hoy y que, a su juicio, explicaría las tímidas cifras cosechadas a lo largo de esta década.

"Ojalá contara con más respaldo por parte de mi sello discográfico, básicamente más presupuesto para mis vídeos", ha contado a los reporteros que se han dado cita este jueves en el hotel Langham de Londres, donde se ha dado a conocer la lista de candidatos al codiciado premio. "Pero no estoy triste, todo lo contrario, estoy muy feliz porque este es sin duda el premio más importante de todos para mí", ha aseverado.

La nominación al premio Mercury habrá supuesto sin duda un espaldarazo a la irregular trayectoria protagonizada por la contestataria intérprete, quien curiosamente lamentaba hace un mes los exiguos beneficios que generaba su música tras haberse negado a plegarse a las directrices de una industria que trataba de venderla como un mero producto.

"Resulta muy difícil hacer dinero estos días con música que de verdad se perciba como auténtica. La gente ya no compra álbumes y, a diferencia de otros, yo no recibo nada por las escuchas en streaming, ya que mi contrato se remonta al 2005. A veces me pregunto si merece la pena seguir intentándolo, con toda la mala prensa que he recibido estos años y el daño que eso supone a la hora de presentarme como una artista rentable", reflexionaba Lily, madre de dos hijos con su exmarido Sam Cooper, en una emisora británica.

FUENTE: Showbiz