Shirley Binder, directora de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente , detalló las pérdidas que tuvo la provincia de Chiriquí en los últimos años, así como las afectaciones en las áreas protegidas de esta zona del país tras las inundaciones.
Mientras que en Volcán Barú la pérdida boscosa neta fue de 702 hectáreas, lo que refleja una pérdida anual de 100.32 ha, siendo el corregimiento de Cerro Punta el que más pérdida evidencia con 49.10 ha, seguido de Boquete y Volcán Cabecera, con superficies de 2.6 ha y 0.23 ha respectivamente, en los últimos 7 años.
Por otro lado, explicó que las áreas protegidas en Tierras Altas no tuvieron afectaciones tras las inundaciones y deslizamientos registrados por los efectos colaterales de los huracanes Eta e Iota, sin embargo las áreas de amortiguamiento si se vieron impactadas.
Advirtió que el cambio climático se va a agravar y los huracanes y tormentas tomarán más fuerzas, por lo que hay que resaltar la importancia de los bosques, para la mitigación del cambio climático, para absorber el carbono y para reducir las inundaciones.
De acuerdo con MiAmbiente, existe una disminución de la cobertura boscosa en los últimos siete años, que alcanza la cifra de 56,369.49 hectáreas; lo que representa un promedio de 8,052.78 por año.
Pese a estas pérdidas, más de 40 mil turistas visitaron las áreas protegidas de Chiriquí durante 2019.