No cabe duda de que después de una ruptura, nuestra vida cambia por completo. No solo cortamos la relación con una persona con la que estamos acostumbrados a vivir y convivir si no que, además, tenemos que acostumbrarnos a una rutina diferente, cambiar nuestros hábitos y aprender de nuevo a vivir solos. Pero, ¿es esto siempre así?
Esto ocurre cuando los dos durante la relación crearon una buena y solida amistad hasta tal punto de verse más como amigos. Y lo más importante no forzar la amistad de un día para otro, ya que se necesita curar las heridas, que siempre van a ver.