Desde aproximadamente los seis meses de edad, el pediatra de mi bebé nos recomendó darle unas vitaminas, le colocaba 12 gotas en el agua que se tomaba en la mañana y gracias a Dios siento que le hizo bien.
Continué dándole las vitaminas, cumplió el año y se le terminaron, la comenzamos a buscar y estaban agotadas y fue entonces cuando le pedí la opinión a otra médico pediatra y me explicó que después del año de edad no se recomienda suministrarle vitaminas a los infantes, no hace falta.
Como mamá primeriza es allí donde caí en cuenta y no me estresé por seguir buscando las vitaminas, siento que muchas veces tenemos que pedir una segunda opinión médica para que así estemos mejor orientadas y hagamos lo correcto.
Ahora bien, ¿por qué no es necesario darle vitaminas a nuestro hijo (a) de un año? La respuesta es sencilla, según explica la Dra. Ana Gabriela Lucas, "después del año ellos deberían comer lo mismo que comen todos en casa, no recomiendo vitaminas ni nada, si les recomiendo seguir con fórmula hasta los 3 años de edad porque la fórmula infantil tiene ciertos nutrientes que no tiene la leche de vaca común".
Así es, mi bebé desde que cumplió el año come de todo, claro, hay ciertos alimentos que aún no le llaman la atención pero es parte del proceso. Lo que sí es importante es que le brindemos una dieta balanceada, donde siempre estén presentes las frutas y los vegetales.
Un ejemplo del día a día de mi bebé, con respecto a la alimentación es el siguiente:
Leche de fórmula Nutrilón 5 onzas, a las 7:00 a.m. 1 arepa, 1 huevo sancochado a las 8:00 a.m. (esto varía cada día) Una porción de melón y otra de papaya a las 11:00 a.m. Puré de papas, zanahoria y brócoli a la 1:30 p.m. Una compota de manzana o pudín de vainilla a las 3:00 p.m. Leche de fórmula Nutrilón 5 onzas, a las 7:00 p.m. Y de cena, una arepita, bollito, etc., depende. Definitivamente, todas las madres aprendemos diariamente cómo alimentar de la mejor manera a nuestros hijos, prepararle cada comidita para mí es muy enriquecedor y darle cosas diferentes para que vaya experimentando nuevos sabores es ideal. ¡Que Dios me las bendiga!
FUENTE: Marilyn Cejas de Miranda