Poco dada a reflexionar sobre su vida privada en las redes sociales, la actriz María Valverde ha evitado realizar cualquier tipo de comentario sobre su viaje a Austria para ver a su novio, el venezolano Gustavo Dudamel, dirigir el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena este 1 de enero.
Sin embargo, ni su habitual deseo de proteger su privacidad a capa y espada ha conseguido que la joven de 29 años se resista a compartir escuetamente lo mucho que ha significado para ella presenciar cómo su pareja hacia historia al convertirse en el director más joven en ponerse al frente del emblemático espectáculo, anunciando que ha comenzado el 2017 con una "resaca emocional" fruto sin duda de la emoción, la tensión y la alegría.
Al margen de este pequeño comentario, la intérprete se limitó a publicar en su perfil de la red social algún que otro selfi posando en el espectacular interior de la Wiener Musikverein, el edificio de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena, como pista de que este domingo se encontraría entre el público observando atentamente a su pareja.
Pese a su discreción, su deslumbrante presencia, ataviada con un favorecedor vestido verde de un solo tirante, no pasó desapercibida para las cámaras que retransmitían el concierto y que la enfocaron en más de una ocasión.
María, afincada actualmente en Los Ángeles, conoció a su pareja en 2013 mientras rodaba la cinta 'Libertador', en la que él se ocupó de la banda sonora, pero en aquel momento su encuentro no dio pie a nada más ya que ella aun mantenía una relación sentimental con su compañero de reparto en la película 'Tres metros sobre el cielo', Mario Casas, que tristemente no llegaría a cumplir su quinto aniversario, aunque sus protagonistas sí volverían a encontrarse de nuevo en 2012 para la secuela de la exitosa cinta de amor juvenil, 'Tengo ganas de ti'.Por su parte, el director de orquesta estuvo casado hasta 2015 con Eloisa Maturén, madre de su único hijo, un niño de cuatro años.