El actor Jonathan Rhys Meyers ha vuelto a dejar patente que su esposa Mara Lane es una de las pocas personas que le resultan imprescindibles en su día a día y, sobre todo, el pilar sobre el que se ha venido apoyando en estos años marcados por la incesante lucha que mantiene contra su fuerte adicción al alcohol, la cual sufrió un repunte el pasado verano debido a la repentina pérdida del bebé que esperaba la pareja.
"Oh, mi mujer es una mujer superior. Es increíble, de verdad, increíble. Me siento muy afortunado de tenerla a mi lado", ha compartido el que fuera protagonista de la serie 'Los Tudor', al canal People Now.Pese a que en principio el intérprete irlandés no tendría por qué dar explicaciones sobre los entresijos de su vida marital y, de hecho, siempre se había dado por hecho que el matrimonio estaba especialmente unido, hace unas semanas salía a la luz que la pareja había protagonizado una acalorada discusión a bordo de un avión que desembocó en el arresto del intérprete tan pronto como el avión aterrizó en Los Ángeles.
"La mayor parte de las veces lo gestiono bastante bien, pero como todo el mundo, también cometo errores de vez en cuando. Hay que tener en cuenta que vivir bajo el escrutinio público es muy diferente a no hacerlo. Llevo unos 25 años de profesión y el mundo ha cambiado enormemente desde que me convertí en actor. Es muy, muy difícil estar solo en ese sentido", ha aseverado en la misma entrevista.
Poco después de que saltara la noticia, varios medios y buena parte de esa opinión pública que especula libremente en las redes sociales comenzó a teorizar con la posibilidad de que el artista hubiera sufrido una grave recaída en su alcoholismo y, lo que es más preocupante, que el rifirrafe bordeara los límites de la agresión verbal.Semejante hipótesis llevó a Jonathan a conceder rápidamente una entrevista -al veterano periodista Larry King- para explicar al detalle su versión de los hechos y, especialmente, para rebajar la envergadura de un incidente que a su juicio había sido claramente sobredimensionado.
Cierto es que el intérprete confesó haber pedido una copa a una de las azafatas de la aeronave y que esa circunstancia indignó profundamente a su esposa hasta el punto de provocar una breve pelea, pero eso no significa que la detención -la cual solo se prolongó unos minutos y se vio definida en todo momento por la cordialidad- fuera resultado de un altercado tan impactante.
"Me puse algo nervioso después de toda la odisea que habíamos vivido en el aeropuerto y me dio por sacar un cigarrillo electrónico. Y el personal de la aerolínea me dijo que eso no estaba permitido y enseguida lo desconecté. Luego hablé con la policía de Los Ángeles tan pronto como pisamos tierra, y he de decir que fueron en todo momento muy respetuosos con nosotros. Me disculpé por mi comportamiento y ese es el fin de la historia", aseguraba en la conversación con King.
FUENTE: Showbiz