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Emerge la verdad sobre la "espía seductora" surcoreana

SEUL (AP). Se la conoció como "la surcoreana seductora que traicionó a Estados Unidos", una mujer de la alta sociedad de Seúl que se dijo le sacó información secreta a un coronel estadounidense y se la pasó a otro amante, un funcionario comunista de alto rango de Corea del Norte.

A finales de junio de 1950, mientras los invasores norcoreanos se acercaban a la aterrorizada capital del sur, Kim Soo-im era ejecutada por el ejército surcoreano por espía. Tras su muerte, sus presuntas acciones cobraron una dimensión cada vez más grande.

En la década de 1950, en Estados Unidos, inmersa en una fiebre anticomunista, un drama de televisión dijo a la audiencia que las "tretas femeninas" de Kim habían sido "el arma letal" de los comunistas.

Otro programa, presentado por Ronald Reagan, la retrataba como la Mata Hari de Asia. La revista Coronet, encabezando su nota con la frase "Mujer seductora", la denostó calificándola como la reina oriental de una vasta "operación sexual" soviética.

Kim Soo-im y su triángulo amoroso desaparecieron, enterrados en distintos rincones de un pasado turbulento. Pero en amarillentos archivos militares estadounidenses clasificados como "SECRETO" que hibernaron durante la Guerra Fría, la verdad sobrevivió y ahora sale a la luz, demasiado tarde para salvarla.

El registro de una investigación federal confidencial de 1950 y otros archivos desclasificados, obtenidos por la AP en los Archivos Nacionales de Estados Unidos, narran una historia diferente sobre Kim Soo-im:

El coronel John E. Baird no tuvo acceso a información confidencial, Kim no tenía secretos que transmitir y su amante coreano, Lee Gang-kook, ejecutado después por Corea del Norte, de hecho fue quizá un agente estadounidense.

El caso de espionaje, según se desprende de la nueva información, fue una farsa.

El coronel Baird pudo haberla defendido, pero fue sacado apresuradamente de Corea del Sur para "evitar más situaciones incómodas", señalan los archivos.

Ella fue abandonada a su suerte. Los estadounidenses concluyeron que seguramente fue torturada por la policía surcoreana para que confesara cosas que no había hecho.

Los historiadores creen ahora que el régimen de Seúl ejecutó en secreto en 1950 al menos a 100,000 activistas de izquierda y presuntos simpatizantes. Esta muerte, para un estadounidense, sigue siendo una historia viva profundamente personal.

Wonil Kim _hijo de Kim Soo-im y el coronel Baird_ está decidido a enterrar los mitos sobre su madre, una mujer, dice, "con una pasión por la vida, una mujer fuerte, atrapada y ahogada en el torrente de una agitación histórica".

El hijo, un profesor de Teología de la Universidad LaSierra, de California, fue el primero en descubrir los documentos estadounidenses desclasificados. Ahora también ha encontrado un aliado, el director de cine de Seúl Cho Myung-hwa, quien planea una película sobre Kim Soo-im.

"El la traicionó", dijo Cho refiriéndose a Baird. "Pudo haber testificado. Pero simplemente regresó a Estados Unidos, a su familia estadounidense", agregó.

El teólogo, de hablar suave y quien tiene 59 años, y el veterano realizador cinematográfico, de 63, dijeron que para captar la historia de Kim Soo-im uno debe comprender que los coreanos jóvenes educados de las décadas de 1930 y 1940 querían reemplazar el sistema feudal con un modelo izquierdista luego de que se libraron del régimen colonial japonés.

Pero el teniente general del ejército estadounidense John R. Hodge, quien tomó el control en el sur de Corea al final de la Segunda Guerra Mundial, prometió "acabar" con los comunistas.

Kim Soo-im, nacida en 1911, estaba entre la elite educada. Pese a ser huérfana, fue educada por misioneros estadounidenses y con el tiempo se graduó del prestigioso colegio Ewha para mujeres de Seúl.

En 1936, cuando era administradora de una oficina, fue mencionada en un artículo de una revista de Seúl sobre la nueva generación de mujeres jóvenes emancipadas. Inteligente y a la moda, con un círculo de sofisticados amigos politizados, conoció a un hombre casado mayor que ella, Lee Gang-kook, un intelectual militante de izquierda, educado en Alemania.

Ella se convirtió en su amante y Lee se encumbró políticamente luego de la derrota de Japón. Pero a un año de la llegada de Estados Unidos, corría peligro de ser detenido y huyó al norte de Corea, controlado por los comunistas.

El inglés fluido de Kim Soo-im, entretanto, la hizo valiosa para la ocupación estadounidense. Fue contratada como asistente de Baird, estadounidense de 56 años, nacido en Irlanda, que era jefe de la policía militar.

Baird le consiguió una casa y pasaba algunas noches allí, según señalan testigos coreanos y estadounidenses en los documentos desclasificados.

"Ella tuvo un bebé del coronel Baird", dijo una amiga, Nancy Kim, a interrogadores estadounidenses. "Todos lo sabíamos. El dormía en la casa muchas veces. El bebé se parece al padre", señaló.

Cuando el ejército estadounidense se retiró en 1949, sucedido por un cuerpo de asesores, Baird se dedicó a asesorar a la policía nacional, y su esposa se reunió con él en Corea.

Finalmente, el 1 de marzo de 1950, Kim, quien ya no era empleada de Estados Unidos, fue arrestada por la policía surcoreana, en una campaña en la que fueron detenidos miles de izquierdistas.

"Fue un cacería de brujas", dijo el historiador Jung Byung-joon, quien ha estudiado el caso. "La policía surcoreana y los fiscales la odiaban porque fue la amante de Lee Gang-kook, y después del coronel Baird, y nadie podía tocarla. Ellos esperaron su oportunidad".

El 14 de junio de 1950, nueve días después de que Baird se fue de Corea del Sur, Kim enfrentó un tribunal militar. Su abogado dijo que los fiscales no había presentado evidencia ni testigos que corroborasen las acusaciones. Pero en el tercer día del juicio Kim confesó y fue condenada a muerte.

Poco después, investigadores estadounidenses determinaron que todo había sido un invento de los surcoreanos y que las posibilidades de que Kim Soo-im hubiese usado a Baird eran "remotas". La confesión fue probablemente arrancada por la fuerza, mediante torturas.

Su hijo Wonil Kim cree que confesó "para evitar ser enviada de vuelta a la cámara de torturas".

Wonil Kim tenía un año cuando su madre fue ejecutada. Fue adoptado por un empleado de una iglesia y su esposa, una enfermera del hospital donde nació el pequeño. El matrimonio se radicó en 1970 en Estados Unidos.

Wonil Kim se puso en contacto con Baird en 1980, cuando el coronel tenía 90 años y estaba en un asilo de ancianos. Baird negó que fuese su hijo. La familia de Baird, no obstante, lo aceptó como uno de sus miembros, según dijo.

Los documentos desclasificados no arrojan mucha luz sobre el misterioso Lee Gang-kook. Algunos papeles indican que estuvo al servicio de la CIA y que fue ejecutado durante una purga del líder norcoreano Kim Il Sung.

En junio de este año Wonil Kim se reunió con uno de los jueces que condenó a su madre, quien le dijo que actuó en base a la evidencia que se presentó en el juicio.

El ex oficial, Kim Tae-chung, sigue convencido de que obró como correspondía, según Wonil Kim.

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