AMSTERDAM (AFP). La municipalidad de Amsterdam presentó el miércoles un plan de dos años dotado de medio millón de euros, con la finalidad de apoyar a sus casi 8,000 prostitutas y prostitutos contra las redes criminales y ayudar a quienes deseen cambiar de profesión.
"Se trata de dar transparencia a este ramo", dijo en conferencia de prensa la adjunta del alcalde para la Salud y los Asuntos sociales, Marijke Vos.
Dotado de 475,000 euros de aquí a 2010, su plan incluye una campaña de comunicación sobre los derechos y deberes de las prostitutas y los prostitutos, un refuerzo al acceso a los servicios médicos y psicológicos, e incluso cursos de holandés.
Pues ocho años después de la legalización de la prostitución en Holanda, el resultado no es el esperado y a veces "legalización rima con presión y explotación", agregó la funcionaria.
"Estoy convencida de que el plan es realista y la única forma de apoyar a los trabajadores en este ramo laboral es ayudarlos a ser independientes", dijo.
"Es importante mejorar la situación del trabajador sexual (...) para que ellos y ellas tengan libertad de elegir y corran menos riesgo de estar controlados por traficantes de seres humanos", puntualizó.
"Es en extremo importante reforzar su conocimiento del derecho laboral y ayudarlos a cambiar de rumbo, si es su deseo", agregó.
El programa incluye varios servicios municipales y nacionales, como la inspección de trabajo, el fisco, la policía y los servicios de salud.
Y hace parte de la voluntad de la capital holandesa de luchar contra la criminalidad en el sector, que comenzó en otoño con el cierre de varias vitrinas de prostitución en el barrio Rojo, que estaban controladas por criminales, según Vos.
"Otra vez no se trata de cerrar el Wallen (nombre del Barrio rojo), sino de aumentar el nivel del barrio, así como el de los restaurantes y los burdeles", informó la adjunta.
La Asociación de defensa de prostitutas y prostitutos, Rode Draad, se congratuló por la iniciativa municipal.
"Lo que sí se puede decir, es que llega tarde", dijo a la AFP Sietske Altink, una de sus portavoces, presente en la conferencia de prensa.
"Francamente hubiera sido fácil descubrir a los criminales cuando presentaron las peticiones para explotar las vitrinas", dijo la adjunta.
El objetivo principal es el sector de las o los acompañantes y los burdeles, mucho más difícil de conocer que el de las mujeres que se ofrecen en las vitrinas, añadió Vos.
La municipalidad calcula en 8,000 el número de trabajadores y trabajadoras sexuales, de los cuales sólo una cuarta parte trabaja en las vitrinas.
Desde el 1 de febrero, los servicios de escoltas deben obtener una licencia, así como los que explotan vitrinas o burdeles.
"La dificultad es la dimensión internacional del tráfico humano", subrayó Altink.
"Para abrir una agencia de acompañantes en Holanda, se puede estar en Singapur con un ordenador y las autoridades aquí no pueden hacer nada".
En Holanda, la prostitución es legal desde 2000 y el trabajador sexual, asalariado o independiente, es considerado como un trabajador normal, desde el punto de vista del derecho laboral.