PARÍS (AFP). Manuel Noriega se enfrenta este martes a su segundo día de juicio en Francia por lavado de dinero del cártel de Medellín, durante el que se prevé la primera intervención del ex dictador panameño, derrocado hace más de 20 años por tropas estadounidenses.
Noriega, de 76 años, que sufre de hipertensión y de dificultades de movimiento a raíz de una hemiplejía hace cuatro años, deberá responder ante el Tribunal Correccional de París por el lavado a fines de los años 80 en Francia de 2,3 millones de euros (2,8 millones de dólares) procedentes de ese cártel colombiano.
Por ese cargo podría ser condenado a 10 años de prisión, la misma pena a la que ese tribunal lo condenó en ausencia en 1999.
Según la legislación francesa, una vez que se obtiene la extradición de un individuo reclamado por la justicia, debe ser juzgado nuevamente.
La audiencia del martes comenzará a las 13H30 locales (11H30 GMT) y estará presidida por la magistrada Agnés Quantin. El juicio concluirá el miércoles y la sentencia se conocerá entre septiembre y octubre venideros.
Interrogado en la apertura del juicio el lunes, Noriega dijo que hablaría el martes.
La justicia francesa reprocha a Noriega, hombre fuerte de Panamá entre 1983 y 1989, el lavado de 15 millones de francos de entonces en cuentas bancarias en París y Marsella (sur), y también a través de inversiones inmobiliarias en la capital.
El lunes, la magistrada leyó parte de la instrucción y de los testimonios recogidos por la justicia estadounidense sobre los vínculos de Noriega con el cártel que dirigía Pablo Escobar y la protección que brindaba a cambio de importantes sumas de dinero a aviones cargados de cocaína rumbo a Estados Unidos que transitaban por Panamá.
La jueza subrayó que durante la instrucción Noriega no pudo aclarar "la opacidad" que rodea el origen de ese dinero.
Noriega, derrocado en 1989 por tropas estadounidenses que invadieron Panamá, cumplió 17 años de cárcel en Estados Unidos por complicidad en tráfico de drogas. El ex dictador panameño siempre afirmó que el dinero provenía de su fortuna personal y del que cobraba de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que lo reclutó en los años 70.