Extremistas islámicos atacaron durante la noche y desde cuatro frentes distintos Maiduguri, la mayor ciudad del noreste de Nigeria, y los sonidos del combate — estallido de cañones y silbido de proyectiles — continuaron el domingo, según relataron testigos.
El tercer ataque en una semana sobre Maiduguri se produce en medio de informaciones no confirmadas de que un avión de combate de Chad ayudó a bombardear a los extremistas para expulsarlos de Gamboru, en la frontera entre Nigeria y Camerún. Insurgentes de Boko Haram ocupaban su centro comercial desde agosto.
Fuerzas chadianas liberaron el jueves Malumfatori, otra localidad fronteriza que estuvo bajo el mando de Boko Haram durante meses.
Líderes africanos aprobaron en una cumbre el sábado la creación de una fuerza de 7.500 efectivos de Nigeria y sus cuatro países vecinos para enfrentar el aumento de la insurrección islamista comandada por el grupo nigeriano Boko Haram.
Residentes atrapados en la ciudad dijeron que habían podido dormir por el ruido de los cañones, los proyectiles y los disparos de metralletas que comenzaron a oírse el sábado por la noche.
Un alto cargo del Ejército dijo que los insurgentes están "en todas partes", atacando desde las cuatro carreteras principales que llevan a la urbe donde viven dos millones de personas, y que ocupaban un radio de 15 kilómetros (10 millas). El militar habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a dar información a periodistas.
Todas las salidas están bloqueadas y el aeropuerto internacional de Maiduguri permanece cerrado desde que los insurgentes lanzaron un importante ataque en diciembre de 2013 destruyendo cinco aviones de una base de la fuerza aérea próxima.
La ciudad es la cuna del movimiento extremista.
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, declaró el estado de emergencia en mayo de 2013 cuando admitió que Boko Haram había tomado el control de docenas de pueblos y ciudades del noreste del país.
El ejército expulsó rápido a los insurgentes de la zona, pero desde entonces, mal equipados y desmoralizados, los soldados del gobierno han estado perdiendo terreno.
En agosto Boko Haram declaró un califato islámico y ahora controla unos 130 pueblos y ciudades, según Amnistía Internacional.
Los extremistas han aumentado el ritmo y ferocidad de sus ataques. Unas 10.000 personas fallecieron el año pasado en comparación con las cerca de 2.000 víctimas registradas en los cuatro primeros años de su levantamiento, según el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos.
Jonathan es candidato a la reelección en una disputada votación el próximo 14 de febrero. Boko Haram denuncia que la democracia es un invento occidental corrupto.