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Tailandia agradece con un festín para 10.000 personas el rescate de la cueva

Unas 10.000 personas acudieron hoy a la cena organizada por la Casa Real y el Gobierno de Tailandia para agradecer las labores de rescatistas y voluntarios, entre otros, durante la misión para sacar con vida a doce niños y un adulto del interior de una cueva del norte del país.

Los rescatados, integrantes del equipo de fútbol juvenil "Jabalíes salvajes" y protagonistas del mediático salvamento, acudieron como invitados de honor a la gala auspiciada en la Plaza Real Dusit, en el casco histórico de Bangkok.

En una carpa gigantesca frente al Palacio Chitralada y acompasado con música de tintes épicos, decenas de mesas fueron dispuestas en hileras para alojar a los invitados.

El primer ministro, el general golpista Prayut Chan-ocha, se acercó puesto a puesto a saludar a los presentes al acto, bautizado con el lema "Unidos como uno".

Las autoridades fletaron 67 autobuses para trasladar hasta la capital a unas 2.000 personas procedentes de Chiang Rai, donde se encuentra la cueva Tham Luang y en cuyo interior los chavales permanecieron más de dos semanas.

Los doce niños, de entre 11 y 16 años, y su tutor, de 26 años, se adentraron en la caverna el sábado 23 de junio después de un entrenamiento cuando una súbita tormenta inundó el camino de salida.

Tras nueve jornadas de búsqueda, una expedición localizó a los trece en un terreno seco a más de cuatro kilómetros de la entrada.

Los equipos de rescate idearon entonces un plan para trasladar por fases a los atrapados a través de las galerías parcialmente inundadas y que se completó el 10 de julio.

Durante la tarea de evacuación, los niños permanecieron sedados y fueron transportados en camillas y bajo el agua en los tramos inundados hasta el exterior.

Medios de comunicación de los cinco continentes retransmitieron el acontecimiento, que fue seguido en Tailandia con gran expectación minuto a minuto.

Una vez a salvo, los trece fueron trasladados hasta el hospital Prachanukroh de Chiang Rai, donde se les sometió a cuidados intensivos hasta que se recuperaron y fueron dados de alta una semana más tarde.

Once de los niños y el entrenador se ordenaron como monjes budistas para honrar la memoria de Samar Gunan, el buceador fallecido durante las tareas de salvamento.

Las autoridades tailandesas han aprobado la construcción de un museo sobre el operativo de rescate y estudian diferentes proyectos presentados por compañías de cine para producir películas y documentales sobre la misión.

FUENTE: EFE