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Ahora cubrir a Trump es un riesgo de salud para la prensa

El regreso del presidente Donald Trump a la Casa Blanca mientras se recupera del coronavirus aumentó la ansiedad ya elevada de muchos de los periodistas asignados para su cobertura.

Tres reporteros dieron positivo por COVID-19 en los últimos días mientras cubrían una Casa Blanca descrita como laxa, en el mejor de los casos, en el seguimiento de los consejos básicos de seguridad, como el uso de mascarillas. El malestar ya había aumentado el lunes con la noticia de que la secretaria de prensa Kayleigh McEnany había dado positivo.

Después de que un helicóptero lo trasladara el lunes por la noche a la Casa Blanca, Trump dio una imagen que difícilmente podría ser tranquilizadora para las personas que trabajan allí: de pie en un balcón se quitó la mascarilla antes de dar vuelta para ingresar a la residencia.

Después del anuncio de McEnany del lunes, el corresponsal jefe de Fox News en la Casa Blanca, John Roberts, pasó parte de la tarde esperando afuera de un centro de atención de urgencia para saber el resultado de su propia prueba. Él había asistido a una sesión informativa de McEnany el jueves pasado. Ella no usaba cubrebocas, y tampoco uno de sus asistentes que luego dio positivo, y Roberts estaba sentado cerca de ambos. La prueba de Roberts, para su alivio, dio negativo.

El periodista calificó el episodio de un inconveniente, pero entre los reporteros se estaban extendiendo emociones más fuertes. La corresponsal de American Urban Radio Networks, April Ryan, dijo que le enfurecía que Trump y su equipo hubieran arriesgado la salud de sus colegas. Kaitlan Collins, de CNN, opinó que era “irresponsable, en el mejor de los casos”.

“Es frustrante”, consideró Jonathan Karl, corresponsal de ABC News en la Casa Blanca. “Francamente, te enoja”.

El portavoz Judd Deere aseguró que Trump se toma muy en serio la salud y la seguridad de quienes trabajan para él y para la prensa que lo cubre. Aseguró que la Casa Blanca está trabajando para incorporar la guía actualizada de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y las mejores prácticas para limitar la exposición al COVID-19 en la mayor medida posible en las instalaciones de la residencia presidencial y cuando el presidente está de viaje.

Sin embargo, a Trump claramente no le gusta usar mascarilla, y es una actitud que se ha esparcido por gran parte de su personal.

Cuando se les pregunta por qué, los empleados responden generalmente que no la usan porque dieron negativo ese día, dijo la corresponsal de CBS News, Weijia Jiang. Pero los médicos, agregó, han dejado en claro que una prueba negativa no significa que una persona no tenga COVID-19 o que no sea contagioso, “por lo que parece que cubrirse la cara es una forma sencilla de proteger a las personas”.

FUENTE: AP