Los que viven con gatos saben que es habitual que, durante la noche, duerman con sus dueños o se paseen por la cama y los despierten, pero está comprobado que compartir esos momentos con nuestro gato es una manera de estrechar lazos de amistad y reducir estrés y ansiedad gracias a la sensación de seguridad física y psicológica que nos dan.
Ya ves, la respuesta de si es perjudicial o no dormir con tu gato es más que nada una decisión personal.