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En Domingo de Ramos, Monseñor insta a hacer crecer "pandemia del amor" contra el sufrimiento

Nimay González
Por Nimay González

El arzobispo de la Arquidiócesis panameña, Monseñor José Domingo Ulloa, presidió hoy la eucaristía de Domingo de Ramos, dando inicio así a la celebración de la Semana Santa en Panamá.

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Ulloa destacó que este es un Domingo de Ramos espiritual, al conmemorarse en la mayoría de los países con los templos vacíos, y cuya celebración se traslada a las casas mediante los televisores y computadoras, en medio de la crisis que vive el mundo por la pandemia del coronavirus.

Durante la eucaristía, monseñor señaló que hay muchas pandemias a lo largo de la vida del ser humano, agregando que, "tal vez la peor de todas ellas sea la del desamor que trae consigo la injusticia y la muerte"; al tiempo que instó a que frente pandemia del COVID-19 se haga crecer una pandemia de amor para contrarrestar eso.

"Si nos ha llegado una pandemia de virus perniciosos hagamos crecer otra pandemia más fuertes, la pandemia del amor que alivie y cure nuestra debilidad y contrarreste tanto sufrimiento, que la entrega de Jesús por nosotros no sea en vano, que la entrega de nosotros en la cruz haga de nosotros criaturas nuevas, un Panamá nuevo", señaló Ulloa.

Por otro lado, destacó que entre las cifras espeluznantes de muertos y de contagios diarios por el coronavirus, “en el mundo están saliendo a la luz actitudes de bondad y solidaridad a la que no estábamos acostumbrados”,

Cabe mencionar que como parte de la celebración del Domingo de Ramos, la Iglesia Católica realizará desde los cielos una bendición con el Santísimo Sacramento y se invocará intercesión de Santa María la Antigua, esto a través de un sobrevuelo que se realizará en helicóptero.

“Jesús quiere entrar a nuestro hogar, a nuestro barrio, a nuestra comunidad, a nuestro Panamá, por eso hoy también, a las 11:00 a.m., estaremos sobrevolando el área de Panamá, porque Jesús el señor quiere llegar a Panamá, quiere llegar a cada uno de nuestros hogares y lo vamos a aclamar con nuestros ramos, ya no de forma física, sino como un signo”, indicó.