Redacción Deportes, EEUU (EFE).- La presencia de los Broncos de Denver, equipo con la mejor ofensiva de la NFL, y los Seahawks de Seattle, mejor defensa, convierten a la 48 edición del Super Bowl, el evento deportivo más importante del año en Estados Unidos, en el duelo soñado.
Además de ser los mejores equipos que compitieron en la temporada regular, ambos la concluyeron con marca de 13-3, los Broncos en el apartado individual tienen al mejor mariscal de campo, Peyton Manning, que batió dos marcas individuales de todos los tiempos y los Seahawks al mejor esquinero de la NFL, Richard Sherman.
El mismo que ha calificado los lanzamientos que hace Manning, de 37 años de edad, como auténticos "patos", algo despectivo, al valorar que no lanza bien el balón, con la técnica de los grandes.
Al margen del enfrentamiento dialéctico, los dos equipos completan todo su programa de entrenamientos con el convencimiento que el partido, que se disputará en el MetLife Stadium, de East Rutherford (Nueva Jersey), será difícil para ambos.
Los Broncos no tienen ninguna duda que Manning será su gran hombre, el mismo que les permitió establecer la mejor marca de puntos en la temporada al conseguir 606 y a nivel individual logró nada menos que 55 pases de anotación y 5.477 yardas por aire, ambas las dos mejores en la historia de la NFL.
Pero para que Manning pueda ser eficaz tendrá que tener una protección especial ante la gran calidad que tendrá la primera línea defensiva de los Seahawks, pero sobre todo la segunda, donde Sherman en el líder indiscutible y esperarán a ver dónde va a lanzar sus pases, que tendrán como objetivo a los receptores abiertos Eric Decker, Wes Welker y Demaryius Thomas.
El entrenador en jefe de los Broncos, John Fox, que llega a su segundo Super Bowl con equipo diferente ya que lo hizo primero con los Panthers de Carolina en el 2004, será el que tenga que resolver como moverlos para que Sherman lo les amargue la noche.
Pero antes de saber donde va a poner el balón Manning, los Broncos necesitan protegerlo al máximo y la línea ofensiva, y en particular el interior de la misma, será clave.
Allí están el liniero más pesado de la NFL, Louis Vásquez, y su compañero Manny Ramírez, ambos de origen mexicano, que serán de nuevo toda una garantía a la hora de darle protección a Manning, mariscal de campo que sufrió menos capturas durante toda la temporada regular, con 20.
El coordinador defensivo de Seattle, Dan Quinn, entiende que Manning es difícil de capturar por el gran trabajo de su línea ofensiva, pero no está obsesionado con derribarlo sino en que en todo momento se sienta presionado y no pueda situarse bien para lanzar el balón.
Tampoco puede olvidarse la defensa de los Seahawks del corredor Knowshon Moreno, de origen puertorriqueño, tercer latino que participa en el Super Bowl, y que ante la motivación de ser su último partido con el equipo quiera irse por la puerta grande.
El entrenador en jefe de los Seahawks, Pete Carroll, ha conseguido no sólo formar un gran equipo sino darles una mentalidad ganadora que será clave en el partido, como sucedió en la final de la Conferencia Nacional (NFC) al venir de atrás y ganar 23-17 a los 49ers de San Francisco.
La clave del triunfo estuvo una vez más no sólo en la gran defensa que realizaron sino también en la variedad de opciones ofensivas que utilizaron y que piensan repetir contra los Broncos.
El corredor Marshawn Lynch se ha convertido en el 'villano' de este Super Bowl al no querer hablar con los medios, pero en el campo será una vez más el pilar del ataque terrestre de los Seahawks.
El trabajo de Lynch resultará más productivo en la medida que respondan los cinco linieros ofensivos de los Broncos, uno de los puntos débiles durante la temporada regular, pero que en la fase final, con la participación de Terrance Knighton, extraordinario ante los Patriotas de Nueva Inglaterra en la final de la Conferencia Americana (AFC), mejoró muchísimo.
Los Seahawks son conscientes que Knighton no puede hacer el partido brillante que realizó contra los Patriotas porque les podría costar la derrota, dado que la segunda línea defensiva de los Broncos, a pesar de tener a Champ Bailey, no es su gran fuerte si el mariscal de campo Russell Wilson hace su trabajo.
Wilson no tiene la espectacularidad de Manning, pero en su segundo año como profesional ha demostrado que puede llegar muy lejos y será todo un peligro cuando suelte el balón a los receptores Doug Baldwin, Jermaine Kearse, Golden Tate y Percy Harvin, recuperado de una lesión, que no tienen la calidad de los de Denver, pero son muy eficaces y siempre aparecen cuando se necesitan.
FUENTE: EFE