Parte de tener una pareja, conlleva no solo vivir de buenos momentos; existen situaciones donde las aguas en la relación comienzan a agitarse generando un ambiente tenso que puede durar poco o mucho dependiendo de cómo resuelvan esas situaciones. Hay una serie de hechos más comunes que provocan el inicio de una discusión, tales como:
Sin importar, si están casados, la edad, tiempo de convivencia, el tema económico es uno de las principales causas que llevan a una discusión; ya sea porque uno despilfarre más dinero que el otro. Unos buscan tener cuentas separadas y encargarse cada uno de una cuenta a pagar. Mientras otros tienen un fondo común. Lo importante es que estén ambos satisfechos con la elección.
Hijos
Es algo inevitable si estas formando tu propia familia, y para comenzar, el lío inicia si uno de los miembros de la pareja, quiere tener un hijo en un momento determinado de la relación y el otro no lo quiere en ese momento. Por otro lado, cuando ya los tienen, aparecen situaciones como la educación, los permisos y límites.
Tiempo Libre
¿Cómo era la vida de tu pareja antes de formalizar la relación?; es posible que estaban acostumbrados a las salidas con sus amigos cada fin de semana, y al formar la relación, no quieran dejar esta costumbre y privan de dedicar un tiempo de calidad a su pareja (en la semana se encuentran laborando y hay menos tiempo para algunas cosas). Es indispensable encontrar un equilibrio donde ambos estén satisfechos con ello porque cada uno necesita su espacio en otro ambiente.
Orgullo
Un problema de nunca acabar, porque siempre uno quiere tener la razón y no ceden al otro y viceversa. Y cuando hay peleas, toman la decisión de no hablarse o buscarse esperando a que el otro tome el primer paso. Por ello debemos plantearnos que es mejor resolver el problema antes que ganar al otro, ya que el odio o rencor puede quedar guardado y ser expuesto en otro mal momento empeorando la relación.
FUENTE: Luis Diaz Govea