Hace una semana me puse nuevamente a filosofar sobre los que es tener 30 años. Llegué a la conclusión de que para muchas mujeres del mundo es algo trágico. Si bien en Panamá domina el machismo, ya no es la misma presión que sufrieron nuestras madres o abuelas. Siempre y cuando puedas mantenerte, te harán comentarios, pero realmente no pasa más allá de tías bochincheando o prejuicios de terceros. Al final, no es algo que te toque, nadie te obliga a nada y sigues teniendo tu libertad de hacer caso omiso, ponerte la minifalda, armarte con tu mejor sonrisa y disfrutar la vida.
Llega esa época en la vida en la que ya la pregunta de todas las fiestas cambia, en vez de ¿Y el novio para cuándo? pasa a ¿Y los hijos pa' cuándo?
Los hijos... ese es un gran tema.
Yo, personalmente, he tomado la decisión de no tener hijos, cuando digo eso las tías se santiguan y le piden a todos los santos por mi alma (pero principalmente porque deje de ser cabeza dura).
Todos piensan que esa decisión es porque no he encontrado al amor de mi vida o que es mi último gran acto de rebeldía. Nunca se han detenido a pensar que mi plan de vida es un poco distinto al que ellas han planeado para mí, por lo que obviamente no se van a rendir y dejar de presentarme pretendientes (y rezarle a los santos).
Yo fui criada por mi madre, es estupenda, creo que en la lotería de mamás salí ganando. Ella me demuestra cada día que se puede lograr cualquier cosa que te propongas aunque estés sola contra el mundo.
Me trajo a este mundo sin ayuda del Espíritu Santo, pero casi y, solo supo estudiar y trabajar para darme todo. Tengo aún más suerte de no haber sido malcriada, cuando yo llegaba a pedirle a mi mamá las últimas zapatillas ultra top que todos los demás pubertos tenían, me ponía en pausa y me decía ok, limpia las ventanas, baña al perro, mejora la nota de Matemáticas... nunca me dio las cosas por mucho que le diera masajes en los pies y le hiciera ojitos. Esa es una de las mejores lecciones de vida: trabaja y gánate las cosas.
Entonces, ¿por qué sí sé que puedo perfectamente ir a un banco de esperma, emborrachar a un amigo u olvidarme de la pastilla para lograr el máximo objetivo en la vida: Procrear, no me interesa en lo más mínimo?
Fácil: porque cada mujer es dueña de su vida y decide lo que desea hacer.
Eso es lo que deberíamos tener en mente todas y no juzgarnos entre nosotras por las decisiones que cada una toma en su plan de vida. Y lo digo en femenino porque somos nosotras las que nos tiramos piedras las unas a las otras, es momento de concentrarnos en nuestra propia vida para ser realmente felices.
Por eso, si sueñas con encontrar el amor y formar una familia, o en convertirte en la dueña de tu propio imperio o simplemente aún no tienes claro que quieres, a nadie debe importarle más que a ti misma.
Lo importante es que TÚ seas feliz, no dejes de vivir tus sueños por otros.
-Alex