LIMA (AP). Los monos choro cola amarilla no le tienen miedo de la gente, más bien salen a su encuentro con chillidos ensordecedores y arrojan frutos desde los árboles, mientras los machos de la manada agitan furiosamente las ramas y enseñan sus genitales a los intrusos en señal de territorialidad.
Esa temeridad, sin embargo, ha jugado en contra de esta especie endémica del Perú, cuyo hábitat, un área reducida de menos de 7,000 kilómetros cuadrados en los bosques nubosos de los Andes tropicales, viene siendo invadido por agricultores y taladores ilegales, quienes muchas veces se convierten en sus ocasionales cazadores.
El mono choro cola amarilla, cuyo nombre científico es Oreonax flavicauda, se encuentra en peligro crítico de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
"Acaba de ser colocado en la lista de 25 primates más amenazados del mundo por segundo periodo consecutivo", dijo a la AP la bióloga Fanny Cornejo de la organización no gubernamental (ong) peruana Yunkawasi, quien estima que actualmente podrían existir entre 600 a 1,000 individuos, un número bajo tratándose de una especie que solo habita en una área reducida de los bosques peruanos.
No existen cifras oficiales actuales sobre el número de monos choro cola amarilla.
La UICN incluyó a esta especie en la lista de 25 primates más amenazados en el mundo en el 2000, pero la retiró en el 2002, y la volvió a incluir en el 2006.
A principios de agosto pasado, en el Congreso Internacional de Primatología que se llevó a cabo en Edimburgo, Escocia, se mantuvo a la especie en la lista de primates amenazados, y se la ratificó como en peligro crítico de extinción.
La UICN señala que al margen de las actividades humanas, también factores intrínsecos a la especie, como la baja densidad de su población, su lenta tasa de reproducción y la restringida área geográfica en que se mueven (hábitat) amenazan su supervivencia.
Entre las 25 especies de monos en peligro, tres provienen de Latinoamérica: el Ateles hybridus o mono araña café, que habita en Colombia y Venezuela; el Ateles fusciceps, o mono araña de cabeza café, que vive en Colombia y Ecuador, y el mono choro cola amarilla de Perú.
"Una de las amenazas más grandes para la especie es que la gente los mata", dijo la bióloga israelí Noga Shanee, que fundó junto a su esposo británico Sam Shanee la organización no gubernamental Neotropical Primate Conservation (NPC) para proteger al mono choro cola amarilla.
"Este mono es muy delicado. No puede vivir en cautiverio, es un error que toda la gente hace: matan a la mamá para tener a la cría, le ponen una cadena y después de un mes el bebé muere", señala Shanee.
De pelaje pardo y denso, el mono choro cola amarilla es el de mayor tamaño en Perú. Mide, estando sentado, entre 70 y 80 centímetros, y posee una larga y gruesa cola al final de la cual presenta un cúmulo de pelos amarillos, lo que da origen a su nombre.
Los principales peligros que enfrenta la especie son la deforestación de los bosques por la tala y la agricultura, y la caza ilegal, según dijo Cornejo.
El mono choro cola amarilla habita en los Andes tropicales, a una altura entre 1,700 y 2,700 metros sobre el nivel del mar, en una zona ubicada entre los departamentos de Amazonas y San Martín, a 590 kilómetros al norte de Lima.
"Estos bosques son los que en el Perú tienen los mayores niveles de deforestación. Es por la agricultura rotativa de roza y quema, y por el tráfico ilegal de madera que se realiza en la zona. También está la amenaza de compañías mineras y petroleras", sostuvo Cornejo.
Señaló que la carencia de tierras agrícolas libres ha motivado la migración de pobladores del departamento de Cajamarca hacia Amazonas y San Martín en busca de los terrenos de los bosques tropicales, los que destruyen para poder dedicar las tierras a la agricultura, una actividad que no les resulta finalmente muy productiva.
Sam Shanee dice además que el mono choro cola amarilla es cazado por los campesinos y nativos selváticos, ya sea por su carne, para fines de curanderismo y brujería, o para tenerlos como mascotas, lo que nunca funciona.
Aunque su caza está prohibida por la ley peruana, las autoridades ambientales no se dan abasto para frenar la actividad.
"La ley está (ahí), pero no pueden hacerla cumplir", comentó Cornejo.
El Instituto Nacional de Recursos Naturales, INRENA, declinó conceder una entrevista a la AP.
A comienzos de septiembre, el pleno del congreso aprobó endurecer los castigos para delitos contra el ambiente y la piratería, un requisito que necesitaba para implementar el tratado de libre comercio firmado con Estados Unidos en el 2006.
De este modo, se establecieron penas de entre tres y seis años de cárcel para el tráfico ilegal de especies de flora y fauna silvestre protegida, como el mono choro de cola amarilla. El delito se castigaba antes con entre uno y tres años de cárcel, lo que no implicaba prisión efectiva, pues ésta se cumple a partir de cuatro años de condena.
"En nuestro país teníamos un nivel de tolerancia muy laxo en temas ambientales y en temas de propiedad intelectual", comentó el congresista Juan Carlos Eguren a la AP tras aprobarse las nuevas sanciones.
Se cuenta que el mono choro cola amarilla fue descrito por primera vez por el científico alemán Alexander Von Humboldt en 1812, a partir de pellejos y osamentas de monos muertos que encontró en sus expediciones. En los comienzos del siglo 20, sin embargo, se creyó a la especie extinta, hasta que en 1974 fue redescubierta por una expedición peruano-estadounidense que encontró un ejemplar vivo.
Aún en la actualidad no existen estudios de largo plazo sobre esta especie, por las dificultades que presenta su hábitat, un área de geografía muy accidentada y donde llueve torrencialmente todo el año, además de los riesgos que representa la existencia de cultivos ilegales de hoja de coca, promovidos por narcotraficantes, y la presencia de bandas remanentes del grupo subversivo Sendero Luminoso, indica Cornejo.
Actualmente son las ong las instituciones que con mayor entusiasmo y dedicación trabajan por la protección del mono choro cola amarilla.
NPC se empeña en brindar enseñanza en educación ambiental a los pobladores de modo que conozcan los beneficios de la conservación y desarrollo sostenible, así como los peligros de la deforestación.
Yunkawasi trabaja en un proyecto de conservación destinado a unir mediante un corredor las reservas Bosque de protección Alto Mayo, y la zona reservada Cordillera de Colán, en donde habita el mono choro cola amarilla, de manera de evitar que se vean desconectadas por el avance de la deforestación y las actividades humanas.
Cornejo dijo que el mono choro cola amarilla no podría sobrevivir en un espacio pequeño pues ello hace que se apareen con miembros de su mismo grupo familiar, lo que conlleva el desmejoramiento genético y la extinción.
"El problema ahorita es la agricultura, los migrantes, la minería, el tráfico de madera, porque todo eso está acabando con la conectividad de estos bosques, y si esto se llega a romper va a ser muchísimo más difícil tratar de salvar la especie, casi imposible", señaló Cornejo.