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Bridges alcanza nota alta en su carrera con "Crazy Heart"

NASHVILLE, Tenesí (AP). Cuando el director Scott Cooper le presentó el guión de "Crazy Heart", Jeff Bridges rechazó el que podía ser papel de su vida.

Claro, el personaje de cantante de música country cansado de la vida Bad Blake tenía un gran potencial, pero el proyecto no estaba muy avanzado a esas alturas.

"Le faltaba esa parte esencial", dijo Bridges. "No tenía música, y si uno no tenía buena música para esto, no importa cuán buena es la historia, no iba a ser nada bueno. Así que lo dejé pasar".

Poco después, Bridges recibió una llamada de su viejo amigo T Bone Burnett, el productor musical mago de bandas sonoras conocido por su trabajo con música de raíces estadounidenses. De algún modo Cooper lo había convencido de que creara la música del filme, eliminando el único obstáculo para Bridges.

"Este chico (Cooper) que nunca había hecho una película se apareció y me convenció de que iba a hacerla", dijo Burnett, el genio musical detrás de "O Brother, Where Art Thou" y "Walk the Line". "Debo ser un imbécil. ¿Cómo me convenció? Pero lo hizo".

"Crazy Heart" representó un gran reto. La música tenía que ser irreprochablemente auténtica. Bridges dice que Cooper le empaquetó la cinta como la historia del "quinto Highwayman", en referencia al supergrupo country de Johnny Cash, Willie Nelson, Waylon Jennings y Kris Kristofferson.

Ese tipo de credibilidad no se puede falsificar.

Así que Burnett creó una mesa de compositores que incluyó al director y astro, y a un puñado de músicos y letristas que habían llevado esa vida, tipos como Stephen Bruton, John Goodwin, Greg Brown y otros.

Comenzaron con el guión de Cooper, basado en la novela homónima de Thomas Cobb. Pronto tomaron forma una historia personal y un estilo musical único para Bad Blake.

"Creamos una secuencia con datos como cuándo nació, cuándo fue a la escuela, cuál fue la primera canción que escribió, cuál fue su primer éxito, cuál fue la primera canción que grabó", dijo Burnett. "En cierto modo creamos la vida de este personaje en base a nuestras vidas".

Burnett y Bridges recurrieron a Bruton en esas sesiones, aprovechando experiencias similares a las del personaje ficticio. Bruton, quien murió el año pasado, estaba luchando entonces contra un cáncer, pero aceptó ayudar a Burnett, amigo de su infancia de Fort Worth, Texas.

"Una de las cosas que (Bruton y Burnett) me inculcaron fue el amplio rango de música que Bad oía", dijo Bridges. "Oía a Hank Williams y a todos los tipos de la música country, pero también oía a Ornette Coleman en Fort Worth y a Lightning Hopkins y mucho blues ... Su gusto era muy variado".

El resultado de esas sesiones y ensayos fueron canciones autónomas que también ayudaron a impulsar la trama del filme. Está la etérea "Hold On You", la rockera "Somebody Else", la lección de vida "Fallin' & Flyin'" y la bailable "Gone, Gone, Gone", cantada por Colin Farrell, quien hace el papel de un ex protegido de Bad que se hizo millonario.

Bruton no sólo asumió gran parte de la responsabilidad de la música, sino que también estuvo a cargo de detectar momentos de falsedad. El cáncer de Bruton estaba en remisión durante el rodaje y él siempre estuvo al lado de Bridges, ayudando a crear una de las mejores actuaciones del actor. Bridges ganó el Globo de Oro, el premio del Sindicato de Actores de la Pantalla (SAG) y está postulado al Oscar por su trabajo.

Su Bad tenía mucho de Kristofferson, Nelson, Billy Joe Shaver y Townes Van Zandt, pero con el tiempo, la influencia de Bruton también comenzó a perfilar el personaje.

"El principal modelo era Stephen que estaba justo ahí todos los días dándonos ideas", dijo Bridges. "Y Scott también les dijo, 'Geez, Stephen, cuando tengan cualquier pálpito sobre algo ... déjennos saber'".

Con la mayor parte de las piezas en su lugar, sólo quedaba un problema que incluso Bruton no pudo resolver de inmediato: la cinta no tenía una canción principal.

Se suponía que la música era el quid emocional del filme y que tenía que ser una canción realmente provocativa. Pero nadie tenía ninguna idea.

Entonces llegó Ryan Bingham, un aclamado cantante radicado en Los Angeles que había sido considerado para un pequeño papel en la película. Cuando Cooper le dio el guión, lo invitó a escribir una canción si llegaba a sentirse inspirado.

Bingham salió al ruedo con su banda, los Dead Horses, y juntos escribieron "The Weary Kind" tras leer el guión. Pero entonces pasó un tiempo y "pensé que no les gustó o algo", dijo Bingham con una sonrisa.

Cooper finalmente lo llamó y lo invitó a reunirse con Burnett. Bingham llegó a unas sesiones de composición para el filme con un disco con algunos versos y antes de lo esperado Burnett los estaba tocando para el grupo.

"Afortunadamente les gustó la canción y me permitieron pasar toda la tarde con ellos", dijo Bingham. "Dijeron, 'Vamos a escribir más canciones' y todos sacaron papel y comenzaron a hablar de este tipo y de dónde iba él a componer. Fue lo máximo".

La historia hace sonreír a Burnett, quien junto a Bingham ya ganó un Globo de Oro y compite por un Oscar a la mejor canción original.

"Siempre estoy listo para aceptar un regalo y la canción de Ryan ... es un hermoso ejemplo", expresó Burnett. "Es el universo. Creo que el universo colabora con uno si uno colabora con él. Así que estoy abierto a todo lo que pueda venir".

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