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El "padre" de Los Simpson anima la Navidad con "Ralph, el demoledor"

Madrid (EFE). Rich Moore, uno de los "padres" de "Los Simpson", mano derecha de Matt Groening y director de los más famosos episodios de la revolucionaria serie de TV, debuta en el largometraje con 'Ralph, el demoledor', una aventura en 3D para niños donde el malo de un videojuego se plantea por qué no puede ser héroe.

"'Los Simpson' y 'Ralph, el demoledor' se parecen mucho más de lo que crees", apunta el director en una entrevista con Efe, porque "ambas muestran una cara divertida y crítica social, tratan temas muy contemporáneos y son muy coloristas. La clave -desvela- es que los directores se atrevan a contar historias geniales".

Moore, así como el productor de 'Ralph, el demoledor', Clark Spencer, y la diseñadora catalana de ambientes de animación Lorelay Bové, se encuentran en Madrid para promocionar la película, precedida de un gran éxito de público en EEUU, comparable al de "Toy Story" o "Monsters Inc.".

Rich Moore explica que fueron sus amigos John Lasseter y Andrew Stanton (altos ejecutivos de Disney/Pixar) quienes, tras la fusión de ambas compañías en 2006 le invitaron a trabajar una idea que empezó a hacerse realidad en 2008.

Y la idea era dar vida al mundo de los videojuegos, los más primitivos, algo que, dice, "le encantó", porque pasó su infancia entre "arcades" (máquinas recreativas de salón) y se declara "enamorado" de los pequeños monos de 8 bites, así que le sedujo pensar "cómo sería la vida de los personajes".

Aunque 'Ralph, el demoledor' no existió nunca, la cinta está llena de guiños a los auténticos videojuegos y es un homenaje a todos los que amaron las máquinas recreativas; por eso, explica Moore, también les gusta a los padres que se jugaron allí sus pagas.

Ralph, villano del videojuego, lleva 30 años haciendo lo mismo y está cansado de ser el malo por lo que decide demostrar su valía y convertirse en héroe, aunque eso suponga invadir otros videojuegos.

Antes, Ralph pasa por un divertido grupo de autoayuda de viejos "malos" de otros videojuegos.

Así, Ralph, que recuerda por su gran tamaño y sus manazas a Donky Kong, huye y se mete en otro juego, el "Hero's Duty" donde conoce a la sargento Calhouny (parecidísima a Lara Croft) para acabar en "Sugar Rush", un país de caramelo donde se corren carreras de coches fabricados con chucherías, en el que vive Vanellope von Schweetz.

La creadora de "Sugar Rush" es Lorelay Bové, una barcelonesa que empezó de becaria en Disney, donde aprendió animación durante siete años y despuntó en "La princesa y el sapo" para después trabajar en "Enredados" y "Winnie the Pooh".

"Había que crear un entorno diferente; uno ya tiene demasiadas referencias sobre una ciudad de caramelo y por eso recurrí a (Antoni) Gaudí, nos fuimos a Barcelona y creamos nuestro propio mundo modernista", explica a Efe.

"Lo más difícil era dar un aspecto apetitoso a una chuche en 3D", un sistema que complica "muchísimo" un rodaje, explica la diseñadora de desarrollo visual.

"Esto no se puede hacer con cuatro personas", apunta Bové, una de los setecientos trabajadores de la fábrica Disney/Pixar que necesitaron dos años para construir 'Ralph, el demoledor', todos ellos "muy talentosos", cada uno de los cuales es especialista en una sola cosa, asegura.

La película, resume Moore, cuenta "la crisis existencial a la que enfrentan los personajes que están programados para hacer algo cuando se plantean qué pasa si no le gusta su trabajo".

Para Spencer, el productor, "vivimos tiempos muy difíciles y es importante contar historias positivas. Cada diez años surge una nueva generación que transformará el mundo", mientras Moore puntualiza que "por eso es tan importante que los niños vean finales positivos después de que los personajes pasen por dificultades, porque así ven que incluso en los peores momentos hay esperanza".

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