El cineasta Ignacio Castillo retrató en su filme 'El Inca' el fatídico y "apasionante" idilio entre el boxeador venezolano Edwin Valero y su esposa, Jennifer Carolina, asesinada por este horas antes suicidarse en prisión, justo cuando estaba a las puertas de alcanzar el cenit de su carrera profesional.
"Cuando empiezo a investigar su historia es cuando descubro que era una historia de amor apasionante. Claro que en la película ves sus peleas más importantes, pero las ves desde el punto de vista emocional de él", dijo Castillo en una entrevista con Efe a pocos días de que el filme regrese a las pantallas venezolanas tras la censura que sufrió a raíz de una demanda familiar.
Valero tuvo una fulgurante trayectoria en la que venció por la vía rápida a los 27 contrincantes que enfrentó sobre el cuadrilátero.
Pero no pudo repetir fuera del ring los golpes que propinó a sus rivales, y se colgó en prisión el 19 de abril de 2010, luego de haber matado a su esposa asestándole tres puñaladas en un trágico y confuso suceso en un hotel de la ciudad de Valencia, en el centro del país.
En el horizonte se vislumbraba su combate con el célebre pugilista filipino Manny Pacquiao, la última y ansiada etapa de su carrera al estrellato.
"(Valero) estuvo a cuatro meses de pelear con Manny Pacquiao, que era su gran meta ¿Y de repente tira todo para la borda? Esa idea de que la gente se vuelve loca de la noche a la mañana yo no la compré nunca", añadió Castillo.
El realizador, de 34 años, confesó que como venezolano era seguidor de la carrera de Valero, de quien creía alcanzaría grandes logros en el boxeo.
Con todo, no produjo una cinta biográfica, sino que centró la historia en los últimos pasajes de la vida de 'El Inca', y en el marco de un "triángulo amoroso clásico 'shakesperiano'", luego de una investigación de 5 años, que lo llevó a varias ciudades de Venezuela e incluso a Los Ángeles.
Castillo descubrió después de su investigación, con la cual en principio pretendió escribir un libro, que Valero "era una persona muy ambiciosa, con muchísimos temores y una carencia de amor afectiva importante".
Estas carencias, aseguró el cineasta, llevaron a Valero a ser una persona hermética y desconfiada, de la cual ni siquiera su círculo cercano conocía detalles.
"Yo conocí a las personas que trabajaron con él en Los Ángeles y dijeron que no tenían ni idea de su vida en Venezuela. Era un tipo muy hermético, era desconfiado por naturaleza, y muy, muy disciplinado y ambicioso como deportista", señaló el cineasta.
Castillo confesó que para mostrar imágenes "fidedignas" se enfrentó con grandes desafíos para recrear los combates más emblemáticos de Valero, como el último de su carrera, que ganó con K.O. en el noveno asalto al mexicano Antonio DeMarco solo 67 días antes de suicidarse.
Pero estos desafíos profesionales no fueron los únicos que su filme confrontó.
Una decisión judicial ordenó que la película fuera retirada de las salas de cine solo días después de su estreno, tras una demanda de la familia del fallecido boxeador, que preveía que la cinta tendría "escenas dantescas que podían dañar el honor y la reputación de los hijos" de Valero.
"Se sentó un precedente nefasto, porque es primera vez que ocurre en Venezuela que sacan una película de las salas de cine", dijo Castillo al respecto.
Agregó que luego de esto recibió el apoyo del "bastante plural" gremio cinematográfico venezolano, que condenó de forma inmediata la "censura" contra su segunda obra.
Tras levantarse el veto judicial, la película será reestrenada el 16 de junio, 183 días después de que viera la luz la primera vez, en varias ciudades de Venezuela.
Castillo explicó que en medio de las protestas y la violencia en la nación sudamericana, no habrá festejos o proyecciones fastuosas.
"Nuestro retorno a cartelera lo pensamos mucho, vamos a las salas de cine, pero no es que vamos a hacer una 'premiere' ni nada por el estilo (...), no se trata de los números que vamos a meter o cuánto dinero vamos a hacer, sino, sobretodo se trata de un tema de dignidad", señaló.
FUENTE: EFE