Dejando sus miedos atrás, el personal de salud tiene la misión de salvaguardar a la población y más en un momento en que se convierten en verdaderos soldados. Aún con temor y la preocupación por su familia y por ellos mismos, los guardianes de la salud salen abnegadamente a enfrentar al coronavirus.
Desde el 9 de marzo inició la batalla en Panamá, desde entonces se han implementados diversas estrategias de acción para contrarrestar el avance del virus. En la primera línea de fuego, se encuentran los hombres y mujeres que velan por la salud de los panameños.
Un grupo se concentra en los denominados centros de hisopado, donde se realizan las pruebas a personas sospechosas de portar el coronavirus. Enfermeras, odontólogos y médicos generales son los encargados de obtener las muestras a través del hisopado nasofaríngio.
Con máxima protección, estos profesionales de salud reciben a las personas que previamente fueron evaluadas por la asistencia telefónica que se realiza en la línea 169. Con previa cita, acuden a los centros de hisopados y tras 24 horas reciben los resultados.
Estos centros tipo “auto rápido” se ubican en las instalaciones de ENA frente de Atlapa y en el distrito de Arraiján, en los estacionamientos de Westland Mall. Su labor es muy importante dentro de la estrategia de masificar las pruebas para detectar los casos, ellos lo saben y pese al agotamiento conversan su sonrisa, que solo es visible al ver sus ojos en medio de la faena.
Según cifras del Ministerio de Salud, en los centros de hisopado “auto rápido” se realizan un promedio de 150 pruebas por día. Esto representa una captación del 14% de los casos confirmados en Panamá.
En Latinoamérica, Panamá se mantiene como uno de los países con más pruebas efectuadas por cantidad habitantes. Lo que se traduce en un mayor control de la propagación del coronavirus en el país.