La Lazio había recurrido las primeras sanciones, cuando Lotito fue suspendido siete meses y el club fue condenado a pagar 150.000 euros (180.000 dólares), dictadas el 26 de marzo.
La FIGC abrió una investigación tras los test positivos al covid-19 detectados en octubre y noviembre.
Los dirigentes de la Lazio fueron acusados de no haber avisado a las autoridades locales de salud tras ocho positivos de miembros del club (sin distinción entre jugadores y cuerpo técnico) antes de un partido de la Champions a finales de octubre contra el Brujas y de nuevo a principios de noviembre en la misma competición contra el Zenit San Petersburgo.
Al menos un jugador de la Lazio fue positivo en los test realizados por la UEFA, pero había dado negativo en el mismo periodo en las pruebas realizadas en la Serie A.
Además la federación criticó a Lazio por "no haber impedido" a tres jugadores tomar parte en una sesión de entrenamiento el 3 de noviembre cuando habían dado positivo en la víspera. Otros dos futbolistas fueron alineados en la Serie A cuando tenían que cumplir "un periodo de aislamiento obligatorio de al menos diez días en ausencia de síntomas".