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Último intento de acuerdo para evitar precipicio fiscal en EEUU

WASHINGTON (AFP). Tras semanas de negociaciones fallidas, el precipicio fiscal está a un paso de darse en Estados Unidos, donde los legisladores se reúnen nuevamente este domingo en un intento por evitar aumentos de impuestos masivos e importantes recortes del gasto público a partir del 1° de enero.

Con el reloj marcando cada vez más cerca de la bomba que representa Año Nuevo, el Senado y la Cámara de Representantes, repentinamente alarmados, mantenían sesiones especiales pocas horas antes del plazo para aprobar un plan que evitaría el llamado "precipicio fiscal" en Estados Unidos.

Los expertos están de acuerdo en que los 500.000 millones de dólares de alza de impuestos a partir del 1 de enero ahogarían la recuperación de la economía estadounidense y harían que el país entre de nuevo en recesión, desperdigando malas noticias también para la economía mundial.

Asesores de los líderes de ambos partidos en el Senado, controlado por los demócratas, trabajaron febrilmente el sábado a puertas cerradas para diseñar un plan que fuera aceptable tanto para el Partido Demócrata como para los republicanos, mayoría en la Cámara de Representantes.

El Senado tenía previsto reunirse el domingo a las 18H00 GMT, mientras que la Cámara de Representantes comenzaría a sesionar una hora después. No se esperaba una votación antes de las 23H30 GMT.

Ambas cámaras tendrán poco tiempo para debatir y luego aprobar una ley que han eludido la Casa Blanca y el Congreso durante semanas.

Según el periódico The Washington Post, el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, y su par de la minoría republicana, Mitch McConnell, pusieron como hora límite las 15H00 locales de este domingo para llegar a un acuerdo.

A esa hora, según el diario, mantendrán reuniones con los intengrantes de sus partidos para informarles sobre el acuerdo que se ha logrado y determinar si su plan tiene apoyo suficiente para someterlo a votación.

Si es así, el Senado realizará una votación el lunes al mediodía, dándole a la Cámara de Representantes el resto del día para considerar la medida, informó el periódico.

En medio de las tensas negociaciones, el presidente Barack Obama presionó a los legisladores para alcanzar un acuerdo, incluso si éste supone un compromiso que carece de las importantes medidas de reducción del déficit que ambas partes buscan.

El país "no puede permitirse una herida política autoinfligida a nuestra economía", dijo.

Si los legisladores fallan, "el sueldo de cada estadounidense se volverá mucho más pequeño", advirtió, agregando que "el Congreso puede prevenir que eso pase si actúa ahora".

El presidente, reelecto para un mandato de cuatro años el mes pasado, quiere aumentar los impuestos a los ricos. Sin embargo, los republicanos pretenden que sólo se eliminen exenciones fiscales para aumentar los ingresos y demandan, a cambio, importantes reducciones del gasto público, en particular de programas federales de ayuda como el de la Seguridad Social.

Pero si nada se hace para la hora límite, todos los contribuyentes verán un aumento en sus impuestos.

Tras las conversaciones en la Casa Blanca, Reid y McConnell están encabezando los esfuerzos para alcanzar un acuerdo.

Sin embargo, cualquier medida que decida por el Senado también deberá ser aprobada por la Cámara de Representantes, donde no es seguro que un acuerdo respaldado por Obama cuente con el apoyo de los intranquilos conservadores del bando republicano, mayoritarios.

Pero otra posibilidad es dejar que tenga lugar el "precipicio fiscal" y luego arreglar el problema durante los primeros días de 2013.

En ese escenario los republicanos, que se oponen a aumentar los impuestos, podrían votar una baja de las tasas que acaban de aumentar para la gran mayoría de los estadounidenses el 1 de enero, sin haber aprobado formalemente un incremento en los impuestos.

Citando fuentes anónimas cercanas a las negociaciones, The Post dijo que un acuerdo estudiado protegería a cerca de 30 millones de contribuyentes de pagar tasas más altas y mantendría las prestaciones por desempleo para dos millones de personas, entre otras medidas.