Decenas de miles de personas se dan cita a partir de este martes en el Salón del Automóvil de Fráncfort, escaparate de una industria europea que sale de la crisis pero se inquieta por la desaceleración del mercado chino por el que apostó fuerte.
Unos 230.000 m2 de espacios desmesurados y carrocerías en el parque de exposiciones de la capital financiera alemana que se transforma hasta el 27 de septiembre en templo del automóvil individual para este 66ª edición del IAA, organizado cada dos años en alternancia con el Mundial de París.
Más de 210 primicias mundiales serán presentadas por unos 1.100 expositores de 39 países, martes y miércoles a la prensa y a partir del sábado al público tras dos días más reservados a los profesionales.
Profesionales que llegarán sin duda con la sonrisa en los labios tras el vigoroso repunte del mercado europeo, con un aumento del 8,2% de las matriculaciones el primer semestre. La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), que debe publicar este martes sus estadísticas para julio y agosto, espera una progresión del 5% para el conjunto del año.
Un alza insuficiente para volver a los 16 millones de unidades vendidas antes de la crisis de 2008-2013 que se llevó una cuarta parte de este mercado.
"Aunque partamos de un nivel muy bajo, es satisfactorio comprobar una reactivación del mercado", sostenida por el vigor de Europa del sur, estima Stefan Bratzel, director del instituto alemán CAM de estudios del automóvil.
"Tenemos aún un potencial de repunte que seguirá siendo importante para 2016-2017", considera por su parte Flavien Neuvy, director del Observatorio Cetelem del automóvil.
La salud recobrada por ciertos mercado -América del Norte registra su máximo nivel histórico- contrasta con las graves dificultades de zonas emergentes como Brasil y Rusia, en recesión.
Incluso el mercado chino, después de años de crecimiento a dos dígitos que lo auparon a líder mundial, sufre un enfriamiento brutal: un +3% esperado como mucho este año.
"El crecimiento en China ha bajado, sin duda, actualmente ya no hay crecimiento de dos dígitos, pero creo que la demanda de movilidad sigue siendo muy fuerte", declaró la noche del lunes Martin Winterkorn, el director general de Volkswagen, gigante alemán que pasará a ser primer constructor mundial este año a costa de Toyota.
Los especialistas del sector señalan en efecto que el índice de equipamiento automóvil sigue siendo muy bajo en China, que debería seguir siendo un mercado creciente a medio plazo, aunque menos rentable para los extranjeros.
Casi todos los grandes estarán representados en el salón. El patrón de Fiat Chrysler Automobiles (FCA), Sergio Marchionne, anuló su participación debido a unas negociaciones salariales en Estados Unidos.
Entre las novedades, el Renault Mégane 4 y el Opel Astra 5 lanzarán un reto al campeón de las ventas europeas, el Volkswagen Golf. Audi expondrá una berlina A4 remodelada y BMW su gran Serie 7.
Sobre todo, se espera una avalancha de todocaminos: Volkswagen Tiguan, Ford Edge y Jaguar F-Pace, además del muy lujoso Bentley Bentayga y sus 301 km/h.
Al lado de estos aventureros del asfalto ayudados por la bajada de los precios del petróleo se expondrán modelos "verdes" para responder a los objetivos europeos de reducción de las emisiones contaminantes de aquí a 2020, por si llega un endurecimiento de las reglas en la cumbre COP21 de diciembre en París.
Audi y Porsche desvelarán sendos conceptos de coche eléctrico con una autonomía de 500 km para rivalizar con el estadounidense Tesla, y el japonés Toyota mostrará por primera vez al gran público la cuarta generación de su híbrido estrella, el Prius.
El salón prestará atención también a las nuevas formas de movilidad y consagrará por primera vez un espacio de 30.000 m2 al coche eléctrico, al compartido y al conectado y autónomo.