La cantante de Pussycat Dolls Kimberly Wyatt se sintió obligada a tener el mejor aspecto físico posible al trasladarse a Los Ángeles, lo que hizo que se volviera tremendamente insegura cuando empezó a sufrir acné.
"La presión por verme bien se intensificó cuando me mudé a Los Ángeles y me salió un horrible acné quístico. Era el principio de las Pussycat Dolls, por lo que minó mi confianza y casi me costó mi puesto en la banda", cuenta a la revista OK!Pero ese no era el único complejo que Kimberly afrontó; también sufrió burlas por su poco pecho y, ya de adulta, tuvo problemas de peso.
"Se burlaban de mí cuando era niña por tener el pecho plano. Los niños frotaban una pared y me decían: '¡Oh, [eres tú] Kimberly!'. Nunca fui la chica guapa. Tuve problemas de peso cuando trabajé en cruceros. Cuando mis trajes no me entraban durante los rápidos cambios de vestuario tenía que pesarme cada semana", comenta.Kimberly -madre de Willow (1) con su marido Max Rogers- superó su problema de piel cambiando de alimentación y llevando una vida más sana.
"Probé medicinas, pero nada funcionó así que cambié lo que solía comer. Me di cuenta de que el estrés es la mayor causa de cualquier tipo de enfermedad por lo que manejar eso se convirtió en mi prioridad. Me metí a hacer ejercicio, pasé tiempo fuera de casa y escribí un diario. Sí [hay días en los que me falta seguridad en mí misma], pero me aseguro de comer sano o de hacer ejercicio con Max, quien me ayuda a quererme más. Llegué a dar lo mejor de mí como mujer cuando le conocí. Me hizo sentir guapa de una manera que nunca había sentido y me anima a ponerme en forma. También se hace cargo del bebé para que pueda entrenar", añade.