El verano pasado la actriz Jessica Chastain le dio el 'sí quiero' a su marido Gian Luca Passi de Preposulo en una romántica y discreta ceremonia celebrada en Italia con la que, para ser brutalmente sincera, ella no había soñado nunca. Y es que entre los objetivos que se había fijado a nivel personal y profesional la guapa pelirroja nunca había ocupado un lugar preferente el de pasar por el altar con el hombre de sus sueños.
A diferencia de su pareja, que pertenece a una de las familias más conocidas de la aristocracia italiana, Jessica pasó una infancia marcada por la precariedad y los problemas financieros que, pese a lo descorazonador que pueda parecer cuando ella relata sus constantes mudanzas, al final sirvió para prepararla antes de su desembarco en una industria tan despiadada como la interpretativa.
"Mi madre era una madre soltera. No sé quién es mi padre biológico y crecí en un hogar muy inestable en el plano financiero. Hubo un momento, que acabó resultando decisivo en mi vida posterior, cuando acabamos viviendo con una persona que no me gustaba demasiado, un novio de mi madre. Recuerdo que yo había dejado desordenada mi habitación y, como reprimenda, él me había quitado parte de mi ropa y yo le estaba exigiendo que me la devolviera, y entonces me pegó una bofetada. Sin pensármelo, le di una patada en los genitales y se cayó al suelo de inmediato. Salí corriendo de la casa, pero siempre pienso que fue entonces cuando me di cuenta de que, si algo malo me sucedía, podía defenderme", rememora para justificar el hecho de que ahora se haya convertido en una de las actrices más reivindicativas y combativas de Hollywood.
FUENTE: BANG showbiz