Por una vez, los duques de Cambridge no están siendo el tema de conversión principal en el pueblo de Anmer, en Norfolk, donde se encuentra la mansión campestre que la soberana Isabel II les regaló tras su boda y en la que ellos pasan largas temporadas con sus tres hijos cuando su agenda pública les permite abandonar su residencia oficial en Londres.
Por suerte, los duques de Cambridge podrán seguir durmiendo tranquilos tras conocer la noticia, ya que desde que se casaron han realizado extensas reformas en su vivienda de estilo georgiano llamada Anmer Hall para adaptarla a sus necesidades y protegerla además con fuertes medidas de seguridad.
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