SANTIAGO DE CHILE (AP). Enfermedades comenzaron a afectar a algunas de las 31 mujeres que ocupan ilegalmente para presionar por trabajo una mina carbonífera en la región sur del país, donde la madrugada del domingo llegaron policías antimotines para un eventual desalojo.
El ambiente caluroso y húmedo que hay a 900 metros al interior de la mina, a 40 metros bajo el nivel del mar está ocasionando problemas respiratorios y pone en riesgo la salud de las mujeres que tienen sobrepeso, hipertensión o diabetes, dijo el sábado el doctor Rómulo Velásquez después de visitar a las protestantes.
Los antimotines llegaron en la madrugada a las cercanías a la entrada del yacimiento, ubicado en Lota as 540 kilómetros al sur de la capital.
Sobre un eventual desalojo, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, dijo el domingo que "vamos a dejar la alternativa del desalojo siempre vinculada a la protección de la salud".
"La intendenta (gobernadora) de la Región del Biobío, Jacqueline Van Rysselberghe, está a cargo de esta situación y vamos a tomar las decisiones de desalojo, especialmente teniendo en consideración la situación de la vida de estas mujeres", añadió.
Cuando Rysselberghe se enteró de la toma, comentó irónica: "lo encuentro ingenioso que hayan 33 mujeres en una mina".
Dos concejales de Lota advirtieron que se sumarán a la protesta si no hay solución en el curso del día. Las mujeres exigen trabajo, luego del cierre de los empleos de emergencia creados por el gobierno tras el terremoto y tsunami de febrero.
Celinda Faúndez, 45 años, fue sacada en camilla la víspera tras sufrir una descompensación generalizada. El viernes se produjo otro abandono por causas médicas. Un comunicado dijo el domingo que las dos mujeres serán reemplazadas.
Para llamar la atención las mujeres decidieron emular en parte a los 33 mineros que permanecieron 69 días a 700 metros de profundidad producto de un derrumbe a comienzos de agosto.
Las 33 ocuparon ilegalmente el martes "El Chiflón del Diablo", un viejo yacimiento carbonífero convertido en museo, y al día siguiente iniciaron una huelga de hambre. Muy pronto empezaron los problemas médicos debido a los 25 grados Celcius y 80% de humedad que hay en la mina.
Cecilia Bustos, una de las voceras del grupo, anunció la víspera el inicio de una huelga de hambre seca, sin ingerir líquidos, pero la intervención del alcalde de Lota, José Venegas, pospuso la presión. Bustos no descartó concretar la medida de fuerza.
Venegas dijo que "encuentro lamentable que a estas alturas es que el gobierno regional siga siendo insensible a esta situación".
"Reiteramos el llamado para ser prudente en las manifestaciones y en los reclamos, y para abandonar esta forma de manifestar", dijo Bruno Baranda, subsecretario del Trabajo.
Las mujeres fueron contratadas en empleos de emergencia del Cuerpo Militar del Trabajo, del ejército, y laboraban en aseo y despeje de escombros, por lo que recibían 138.000 pesos mensuales, unos 280 dólares.
El gobierno del presidente Sebastián Piñera creó unos 18.000 trabajos de emergencia tras el terremoto de 8,8 grados de magnitud y posterior tsunami que asoló al centrosur chileno, dañando severamente decenas de poblados costeros, derrumbando casas y edificios, o dejándolos con severas grietas.
El plan de trabajos de emergencia concluyó el 4 de noviembre, dejando a unas 8.000 personas cesantes. En octubre se habían terminado otros 9.500 empleos que también formaban parte del Cuerpo Militar del Trabajo, por la reactivación económica de la región.