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El enviado de la ONU para Yemen urge mantener la tregua y proteger a los civiles

El enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, urgió el viernes a los beligerantes a mantener la tregua y proteger a los civiles en Hodeida, a la vez que mencionó futuras conversaciones sobre un papel importante de la ONU en este puerto estratégico.

Griffiths habló desde Hodeida, principal frente de la guerra, donde realiza su primera visita desde su nombramiento como enviado especial en febrero.

El objetivo de la visita es "ver de cerca la situación en Hodeida y enviar un mensaje a todos los protagonistas sobre la importancia de la tregua con vistas a reactivar las negociaciones políticas", indicó una fuente de la ONU a la AFP.

Griffiths busca organizar unas conversaciones de paz en Suecia. Aunque la fecha de estos encuentros no ha sido fijada aún. Según Estados Unidos, tendrán lugar a principios de diciembre.

El puerto de Hodeida, crucial para el acceso de la ayuda humanitaria y las importaciones a Yemen, es un reflejo de la complejidad de la guerra que azota el país desde hace casi cuatro años.

El conflicto, que ha causado unos 10.000 muertos, ha desencadenado la peor crisis humanitaria en el mundo, según la ONU, con 14 millones de personas al borde de la hambruna.

"Estoy aquí para decirles que hemos acordado que la ONU lleve a cabo urgentemente negociaciones con vistas a tener un rol más importante en el puerto [de Hodeida] y más allá", dijo el emisario leyendo un comunicado delante de los periodistas.

"El mundo entero tiene su mirada puesta en Hodeida. Dirigentes de cada país pidieron preservar la paz" en la ciudad, agregó el emisario.

Un porta voz de la ONU había indicado un poco antes que Griffiths había indicado que estaba "dispuesto a trabajar con las partes" con vistas a "un papel de supervisión de la ONU para gestionar el puerto, que protegería esta instalación de una posible destrucción y preservaría esta vía humanitaria principal".

Griffiths viajó a Hodeida desde Saná, donde discutió el jueves con el dirigente rebelde Abdel Malik al Hutí con el objetivo de avanzar hacia una solución política al conflicto que opone a los insurgentes pro-iraníes a las fuerzas progubernamentales, apoyadas militarmente por una coalición militar bajo mando saudita.

Tras una intensificación de la ofensiva para reconquistar Hodeida, las fuerzas progubernamentales hicieron una pausa desde el 13 de noviembre a sus operaciones militares para favorecer los esfuerzos de paz.

La ciudad vivió esta semana dos noches de enfrentamientos. Pero los habitantes temen una reanudación de los combates.

Según una fuente progubernamental, los rebeldes hutíes recibieron refuerzos en el centro, lo que obligó a decenas de familias a huir.

Pero la coalición reiteró su compromiso con los esfuerzos de la ONU.

El viernes, el ministro de Estado emiratí para las Relaciones Exteriores, Anwar Gargash, cuyo país es un pilar de esta coalición, tuiteó que "la mejor forma de avanzar hacia un proceso político duradero es apoyar las discusiones de Suecia y los esfuerzos de Martin Griffiths, sin anticiparse a estas negociaciones".

El gobierno del presidente Abd Rabbo Mansur Hadi ya anunció su participación en las conversaciones de paz. Y un importante jefe rebelde había pedido a sus partidarios que cesaran las operaciones militares para mostrar sus "buenas intenciones".

Los últimos diálogos, organizados bajo el auspicio de la ONU en Ginebra en septiembre, fracasaron, después de que los rebeldes no se desplazaran argumentando que temían por su seguridad.

La comunidad internacional evalúa con preocupación los riesgos de una hambruna generalizada en el país si continúan las hostilidades.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció haber distribuido en Hodeida unos 30.000 paquetes de alimentos a 180.000 personas, capaces de alimentar a una familia de seis personas durante un mes, y ello gracias a la tregua.

También llevó a Hodeida alimentos de base, como la harina y el aceite, "para hacer frente a las necesidades de 240.000 personas".

En marzo de 2015, Arabia Saudita, vecina de Yemen, tomó el mando de la coalición militar para ayudar al poder a detener el avance de los hutíes, apoyados por Irán, potencia regional chiita rival del reino saudita.

El país está actualmente casi dividido en dos, las fuerzas leales controlan el sur y buena parte del centro mientras que los rebeldes controlan Saná, el norte y gran parte del oeste, incluido Hodeida.

FUENTE: AFP