Las escuelas rocían a los niños con agua y los asilos colocan sensores de hidratación a los ancianos mientras Francia batalla contra una ola de calor sin precedentes que abrasa a gran parte de Europa.
Por primera vez en su historia, el servicio meteorológico galo activó el aviso de peligro por calor más alto de su escala y cuatro regiones en torno a Marsella y Montpellier, en el sur del país, están bajo vigilancia especial. Según la previsión, en esa zona los termómetros alcanzarán los 44 grados Celsius (111 F).
Algunos colegios cerraron porque no podrían garantizar la seguridad de sus alumnos. Los profesores de la escuela primaria Víctor Hugo de Colombes, cerca de París, dejaron las asfixiantes aulas del centro y mantienen a los niños todo el día en el exterior, refrescándolos con agua y organizando actividades tranquilas a la sombra.
En Italia, 16 ciudades están en alerta por altas temperaturas y los servicios de protección civil repartieron agua entre los turistas que visitaban los famosos monumentos de Roma bajo un sol abrasador.
FUENTE: AP