El director de la unidad de aviones comerciales de Boeing, Kevin Allister, dejará la empresa tras la crisis desatada con los fallos de software del modelo 737 MAX que llevó a dos accidentes mortales, informó este martes la compañía.
"Todo nuestro equipo de Boeing está centrado en la excelencia operacional, alineado con nuestros valores de seguridad, calidad e integridad", dijo en el texto el presidente y consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, que apuntó que la empresa continúa esforzándose por recuperar la confianza de "reguladores, clientes y accionistas".
McAllister es el ejecutivo de mayor rango en dejar la compañía fabricante de aviones desde el inicio de la crisis de los 737 MAX, desatada por los fallos en la seguridad de este modelo con el accidente causado hace un año por el fallo en su sistema de estabilización en Indonesia, seguido de otro en Etiopía 5 meses más tarde.
Tras el segundo siniestro, Boeing frenó la entrega de este modelo y recortó su producción, lo que ha afectado tanto la cadena de suministro del gigante aeronáutico como a las aerolíneas, que se han visto forzadas a cancelar miles de vuelos y reducir sus beneficios.
Por otra parte, Deal, hasta ahora presidente y consejero delegado de la división de Servicios Globales de Boeing, será sustituido por Ted Colbert.
El cambio se produce un día después de que Boeing encadenara este lunes otro día de marcadas pérdidas en Wall Street al caer un 3,8 %, castigada por supuestamente ocultar información a las autoridades sobre la seguridad del accidentado modelo 737 MAX.
Boeing cayó bruscamente el viernes pasado (-6,79 %) en reacción a las "explicaciones" que le pidió el Gobierno de EE.UU. por haber escondido durante meses la preocupación mostrada por dos de sus miembros por el sistema de estabilización.
Varios analistas de Wall Street han rebajado desde el viernes el atractivo bursátil de la firma, mientras que este miércoles la compañía tiene previsto difundir sus cuentas trimestrales mientras continúa paralizada en todo el mundo su flota de los 737 MAX.
Sumida en una profunda crisis de reputación, Boeing tuvo en el último trimestre los peores resultados de su historia -unas pérdidas de 2.942 millones de dólares- y estimó un cargo de 4.900 millones de dólares para, entre otras cosas, compensar las pérdidas de sus clientes relacionadas con el veto sus las naves.