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Carnicero abandona negocio de carne de perro en Camboya

Defensores de los derechos de los animales en Camboya consiguieron una pequeña victoria en su lucha por poner fin al comercio de carne de perro al convencer a un matadero canino en una aldea abandonara el negocio.

Buth Pith y su esposa Khath Hack cerraron esta semana el pequeño matadero que habían operado durante siete años luego que los grupos de protección de animales acordaron brindarles un sustento distinto al construir una pequeña tienda de conveniencia para ellos.

Los defensores de animales llevarán a los 15 perros que estaban enjaulados en el matadero a un refugio animal en la capital Nom Pen para que sean rehabilitados y posteriormente los ofrecerán en adopción, ya sea en Camboya o en el extranjero.

El cierre ocurrido el miércoles en la localidad de Chi Meakh, en la provincia de Kampong Thom, surge luego de una victoria más grande en la provincia noroccidental de Siem Riep, que es un popular destino turístico y que en julio prohibió la compra, venta y matanza de perros para alimento.

Pero los amantes de los animales todavía tienen que recorrer un largo camino. El perro es una parte importante de la gastronomía de la vecina Vietnam, mientras que comer carne de perro era rechazado en Camboya debido a que era considerado como atraer la mala suerte. En los últimos años, sin embargo, se ha vuelto más popular.

Se calcula que entre dos y tres millones de perros son sacrificados en Camboya por su carne, de acuerdo con un reporte de los grupos Four Paws International, con sede en Austria, y Animal Rescue de Camboya.

Señalaron que no sólo es inhumano matar a los perros, sino que comerlos en un riesgo para la salud, ya que puede propagar rabia. La práctica también causó daños a la industria turística, añadieron.

Buth Pith, de 38 años y dueño del matadero en Chi Meakh, explicó la razón por la que entró en el comercio.

“Antes vendía peces de agua dulce, pero cuando vi a los locatarios sacrificando perros y obteniendo mejores ingresos, cambié de giro y empecé a sacrificar perros”, comentó.

No tiene idea de cuántos perros ha sacrificado, pero señaló que generalmente eran entre cinco y ocho por día.

Su esposa, Khath Hach de 37 años, dijo que nunca se sintió cómoda con el negocio, pero que era necesario para mantener a su familia, incluyendo dos niños.

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