Decenas de miles de personas abandonaban el jueves la ciudad Goma, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), después de que las autoridades ordenaran evacuarla por el riesgo de una nueva erupción del volcán Nyiragongo.
Con prisas, irritación y en medio del polvo, coches, camiones y minibuses sobrecargados intentaban avanzar por esta carretera que une durante más de 25 km Goma con la localidad de Sake, en la región montañosa de Masisi.
Los atascos alcanzaron hasta veinte kilómetros. Miles de peatones, familias, niños y ancianos cargados con maletas y bultos caminaban por el arcén, mientras algunos soldados y policías intentaban facilitar el flujo ininterrumpido.
"Mejor irse"
"Voy a Sake a pie. Estoy huyendo del volcán. Tengo cinco hijos. Estoy sufriendo, no sé qué vamos a comer allí. No puedo encontrar a mi marido desde la última erupción", dijo Madeleine, una desplazada que caminaba con sus hijos del brazo.
"Es una pena que las autoridades no nos hayan dado ningún vehículo", dijo por su parte Rachel Mapendo, una abuela que iba andando con su nieto por el arcén.
"Los datos actuales de sismicidad y de la deformación del suelo indican la presencia de magma bajo la zona urbana de Goma, con una extensión bajo el lago Kivu", declaró en un mensaje a los medios locales el gobernador militar de la provincia de Kivu Norte, el general Constant Ndima.
"Actualmente, no podemos excluir la erupción en tierra o bajo el lago [Kivu] que podría producirse con escasa señal de aviso o incluso sin ninguna", explicó, citando los nombres de diez barrios de la ciudad que hay que evacuar "obligatoriamente".
El jueves, un grupo de científicos se desplazó a la cima del volcán para evaluar los riesgos de una nueva erupción, y "observar y extraer datos actuales, que permitirán al gobierno tomar decisiones futuras", declaró el portavoz del gobierno, Patrick Muyaya.
"Hay miedo, pánico, todo el mundo está huyendo", dijo un residente a la AFP poco después del anuncio, que hizo que decenas de miles de personas huyeran a la ciudad de Sake, al oeste de Goma, y a la cercana frontera con Ruanda.
"Tenemos miedo, en cualquier momento el volcán puede entrar en erupción, en cualquier lugar, sin elegir. Es mejor irse", dijo un residente, Alliance Kimony.
La hipótesis más catastrófica, según los científicos, sería la llamada erupción límnica, también conocida como fenómeno del lago explosivo, en que "los gases disueltos en las aguas profundas del lago se elevan, sobre todo el CO2, y asfixian a todos los seres vivos alrededor del lago Kivu", según una nota reciente del Observatorio de Vulcanología de Goma (OVG).
Los precios se disparan
En un comunicado desde Kinshasa, el ministerio de Comunicación dijo que "la amenaza persistente de erupción y los repetidos sismos obligan al gobierno a activar como medida preventiva un plan de evacuación progresiva de los habitantes lo antes posible".
Haciendo un llamamiento a la calma, las autoridades aseguran haber proporcionado transporte y desplegaron patrullas "para asegurar los bienes y las personas".
"Estamos asombrados. No vemos esos medios para salir de Goma, hay demasiados atascos, los precios de los mototaxis están disparados", dijo Agnes Kahindo en la carretera de Sake. En pocas horas el precio del combustible se triplicó hasta superar los 5.000 FC (3 dólares).
En el puerto de Goma, una multitud se apresuraba a subir a los barcos con destino Bukavu, en sur de Kivu, antes que las autoridades prohíban la navegación.
La gente también huía hacia el norte de Goma por Rutshuru.
Las salidas hacia Ruanda fueron más tranquilas, mientras que a medida que pasaban las horas y la gente abandonaba la ciudad, el pánico parecía dar paso a una extraña calma en Goma, parcialmente vacía.
La ciudad tiene más de 600.000 habitantes y la aglomeración urbana suma dos millones, según la administración.
Hasta la fecha, 32 personas han muerto desde la erupción del sábado.
El volcán Nyiragongo entró en erupción repentinamente el sábado, provocando un primer éxodo de residentes.
La anterior gran erupción del Nyiragongo, el 17 de enero de 2002, mató a un centenar de personas.
FUENTE: AFP