El proceso de diagnóstico del cáncer de mama no es muy sencillo, aunque en la mayoría de los casos inicia con la sospecha de una exploración física o una mamografía de rutina.
En cuanto el especialista lea los resultados y se confirme el cáncer se realizan una serie de pruebas posteriores a esto que son:
Mamografía
Este examen rayos x, permite detectar claramente anomalías de la mama, que son confiables al 100% y ofrece imágenes de bultos sospechosos que al final se logra detectar si son malignas o benignas.
Ecografía o ultrasonido de mama
Esta técnica suele complementar la mamografía, permitiendo distinguir lesiones quísticas de masas sólidas y es muy recomendado en mujeres con pechos densos.
Resonancia magnética
La resonancia es una exploración radiológica con un campo electromagnético para obtener imágenes que son muy eficientes y también es utilizado con frecuencia para analizar el cerebro o la médula espinal.
Cabe destacar que si al realizarte estas pruebas y la sospecha continua, es importante que te realices una biopsia con un especialista para confirman o no el cáncer.
¡Hazte la prueba a tiempo y recuerda que no estás sola!