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El Tour de 2019 ensalzará la montaña en el centenario del maillot amarillo

El Tour de Francia 2019, en el año del centenario del maillot amarillo, tendrá en el próximo mes de julio un recorrido muy montañoso: el trazado presentado este jueves en París cuenta con cinco llegadas en alto, de ellas tres a más de 2.000 metros de altitud, y treinta puertos.

"Es un himno a la excelencia", se enorgulleció su director, Christian Prudomme, que se propuso convertir la 106ª edición de la mayor carrera del mundo, que comenzará en Bruselas, en una cita de altos vuelos, tanto en los Pirineos, con la llegada del Tourmalet, como en los Alpes.

La penúltima etapa terminará en Val Thorens, a 2.365 metros, y será la tercera llegada más alta desde la creación de la prueba en 1903.

Como símbolo de esa voluntad de tocar los cielos está el Iseran, una ascensión legendaria -el mayor puerto con carretera de Francia, a 2.770 metros-, que ha sido frecuentado pocas veces por el Tour y que se subirá en 2019 en la segunda de las tres etapas alpinas. Será además por su vertiente de la Maurienne, la más difícil, que el Tour no escala desde 1963.

El perfil de la edición de 2019 convendrá especialmente por lo tanto a los especialistas en la montaña, entre ellos a las figuras colombianas como Nairo Quintana, dos veces segundo (2013 y 2015) y una tercero (2016) en la mítica carrera francesa. En la pasada edición, ganada por el británico Geraint Thomas (Sky), Quintana fue apenas décimo, por lo que afrontará la edición de 2019 con ánimo de revancha.

El próximo Tour servirá además como homenaje a una de sus figuras históricas, el 'Caníbal' belga Eddy Merckx, en el 50 aniversario del primero de los cinco Tour de Francia que ganó entre 1969 y 1974.

Por ello la gran salida de 2019 se fijó en Bruselas.

En la presentación en París del recorrido, Merckx estuvo acompañado por otros dos ciclistas que ganaron en cinco ocasiones el Tour, el español Miguel Indurain y el francés Bernard Hinault.

El aniversario de la creación del maillot amarillo, el 19 de julio, será festejado en Pau, una ciudad emblemática en la historia del Tour, y no en Grenoble, donde Eugène Christophe vistió por primera vez el emblemático distintivo. Ese día tendrá lugar una contrarreloj individual -la única en el programa del Tour de 2019- de 27 kilómetros, que servirá de contrapunto al copioso menú montañoso.

Seis días después de que la carrera arranque en la capital belga, los escaladores tendrán su primer examen en los Vosgos. Esta vez, la subida de La Planche des Belles Filles se prolonga en relación a las tres subidas anteriores con una zona con pendiente extrema, del 20%.

Después de la primera jornada de descanso, en Albi, llegarán los Pirineos. En el día después de la contrarreloj de Pau, el Tourmalet atraerá el interés, en la etapa del 20 de julio, con meta en el mítico puerto.

Después, en los Alpes, habrá un tríptico que comienza por grandes puertos históricos (Vars, Izoard, Galibier), para llegar a Valloire.

"Intentamos encontrar fuertes porcentajes. Ahí vamos a volver también a la muy alta montaña", subraya el director de carrera, Thiery Gouvenou.

Los especialistas en las llegadas al esprint tendrán teóricamente siete ocasiones para dictar su ley, la última de ellas en la tradicional llegada a los Campos Elíseos.

Lejos de los cánones de los años de Merckx o Indurain, protagonistas invitados en la presentación parisina del Tour 2019, los organizadores de la carrera dejaron clara su voluntad de contar con una prueba animada, intensa, marcada por la emoción y la épica de las etapas de montaña.

FUENTE: AFP