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La diplomacia deportiva muestra sus límites en Corea

Las jugadoras de hockey de las dos Coreas compitiendo en un solo equipo en los Juegos Olímpicos de invierno de 2018 fascinaron al mundo, dando la sensación de que la diplomacia deportiva iba más rápido que la tradicional.

Pero un año después, los analistas consideran que la diplomacia deportiva está condenada al fracaso sin avances importante con respecto al arsenal nuclear de Corea del Norte.

Corea del Norte está sometida a múltiples sanciones internacionales debido a su programa nuclear y balístico.

El deporte es uno de los pocos sectores donde una cooperación bilateral es posible.

Los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, en Corea del Sur, fueron llamados los "juegos de la paz".

En los 12 meses siguientes las dos Coreas conformaron equipos unificados, como en judo o baloncesto, con resultados dispares.

Las remadoras de "Dragon Boat" ganaron la medalla de oro de los 500 metros en los Juegos Asiáticos de 2018, pero el equipo masculino de balonmano perdió todos los partidos menos uno en el reciente campeonato del mundo.

El equipo de tenis de mesa alcanzó las semifinales del campeonato mundial.

Pero más allá de los resultados, la proliferación de equipos redujo poco a poco el impacto político inicial.

"Los golpes de efecto generan mucha publicidad al comienzo pero su originalidad se extingue rápidamente", comenta Go Myong-hyun, del Instituto Asan de estudios políticos.

"La diplomacia deportiva será duradera si se amplía a otros intercambios", agrega.

Las jugadoras de hockey, el primer equipo coreano unificado que participaba en unos Juegos Olímpicos, causaron sensación a pesar de perder los cinco partidos que disputaron.

Desde el comienzo hasta el final, las 23 surcoreanas y las 12 norcoreanas coparon titulares en la prensa de la península desgarrada por la guerra (1950-53) que formalizó la división entre el Norte y el Sur.

Técnicamente, ambos países siguen en guerra ya que el conflicto concluyó con un armisticio sin que se firmara un tratado de paz.

En 2017, las tensiones entre las dos Coreas llegaron a un punto máximo, cuando Corea del Norte llevó a cabo su ensayo nuclear más importante y lanzó misiles balísticos capaces de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.

El nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, propuso el aplazamiento de las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, en respuesta a la propuesta de Corea del Norte de participar en los Juego Olímpicos.

En la ceremonia de apertura, Moon estuvo en el palco de las personalidades sentado junto al vicepresidente estadounidense Mike Pence y la hermana del líder norcoreano Kim Yo Jong.

La participación de Pyongyang en los Juegos Olímpicos distendió el ambiente y permitió abrir negociaciones, dice a la AFP Troy Stangarone, investigador del Instituto Económico de Coera.

Desde entonces, Kim se reunión tres veces con Moon y celebró una histórica cumbre en Singapur con el presidente estadounidense Donald Trump.

Una segunda cumbre entre Kim y Trump está prevista para el 27 y 28 de febrero en Vietnam.

Siguiendo la línea de la diplomacia deportiva, Pyongyang y Seúl anunciaron su intención de presentar una candidatura conjunta para organizar los Juegos Olímpicos de verano de 2023, pero las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos parecen estancadas.

Pyongyang exige que se suavicen las sanciones mientras se negocia, mientras que Washington sostiene que no se modificarán hasta tanto Corea del Norte no haya renunciado a su arsenal nuclear definitivamente.

"Si no se suavizan las sanciones, lo que permitiría una cooperación económica intercoreana, Corea del Norte puede desinteresarse de la diplomacia deportiva", sostiene Stangarone.

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FUENTE: AFP